CAPITULO VI

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°¤Sensaciones y Confusiones¤°

Veía a Patrick tan cerca que casi rozaban sus largas pestañas. El tenía los ojos cerrados y el contacto con sus labios era extraño, algo que jamás había experimentado. Su aliento era fresco y caliente a la vez. Los movimientos de su lengua le enviaban sensaciones distintas y electrificantes, por todo el cuerpo de Kala. La piel se le erizo, y en cuestión de segundos cerró los ojos para abandonarse en ese mar de sensaciones increíbles. 

La irracionalidad le duró un par de segundos. Asustada logro apartarlo, lo abofeteo tan duro, que la mano le ardió. 

Patrick camino unos pasos hacia atrás para evitar caerse.

— Supongo que me lo merezco. — Emitió débilmente apoyando el brazo en el sofá que estaba alado de ellos. — ¡Aunque podría aguantar con gusto otro golpe! — Emitió sarcástico antes de desplomarse. 

Kala lo vio caer al suelo. Como un costal de papas.
¿Qué se trae entre manos? — Pensó desconfiada.

— levántate.— Le dijo mientras lo zarandeaba con su pie. Pero Patrick no se levantaba. — No estoy jugando... — Agregó sin obtener respuesta. — ¡Bien! me iré. — Finalizó y camino hacia la puerta. 

Patrick seguía sin moverse por lo que Kala abrió la puerta y salió nuevamente a la lluvia. Dio unos cuantos pasos y volteo pero se percató que nadie la seguía. —¡¿Y si le he hecho daño?! — Pensó afligida. — No, no, sólo lo he abofeteado. ¡Además se lo merecía! — Se dijo para aliviar su consciencia.

Sin pensarlo más regreso a la cabaña y Patrick seguía en el suelo, justo en el mismo lugar y posición. Esto no estaba bien, algo le pasaba. — Pensó mortificada. Se acercó a él, — ¡Patrick! — Emitió sin tocarlo. Al ver que no respondió volvió a decir su nombre pero esta vez lo movió un poco con la mano. 

Patrick no reaccionaba, Kala se percató que Patrick sudaba, por lo que le toco la cara. Se horrorizó al darse cuenta que estaba muy caliente, sólo en ese momento, recordó las palabras de Calisto.

<<Los dos necesitan descansar, para recuperarse>>

Patrick estaba enfermo, por eso se veía tan cansado. — Pensó Kala — ¿Qué debo hacer? — Emitió Kala afligida. Ya que nunca había cuidado a un enfermo. Cuando alguien de la familia enfermaba siempre llamaban al doctor.
¡Exacto!... ¿Qué hace el doctor? ¿Qué hace?... Medicamento. ¡Sí medicamento! Kala recordó las pastillas que Patrick le dio la noche anterior. Se levantó del suelo y corrió al cuarto, cerca de la cama vio la cajita, se apresuró a tomarlas y salir rápidamente al encuentro de Patrick. 

Al llegar se reprendió por haberle faltado el agua. Nuevamente fue al cuarto y tomó la jarra de agua y la vertió en un vaso. Regreso juntó a Patrick y trato de despertarlo, al ver que no lo lograba lo enderezo ya que era muy pesado. Metió sus piernas bajo la cabeza de Patrick y así logro enderezarlo un poco. Le metió la pastilla a la boca y le acercó el vaso, inclinándolo para que el agua entrara a la boca. 

Patrick reacciono, y tosió el agua con la pastilla. Por instinto se intentó enderezar y Kala lo ayudo, quedando sentado y tosiendo. Kala le dio unos golpecitos. Unos segundos después paró de toser. 

— ¿Te encuentras bien? — Pregunto Kala. 

— Casi me ahogas Catherine. — Respondió Patrick débilmente. 

— Soy Kala. — Respondió molesta por la confusión. 

— ¿Quién? — Emitió Patrick desorientado y cansado. 

La Hija del Jeque©Where stories live. Discover now