Un rumbo inesperado

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-Akemi... -murmuraba sujetando su camisa con fuerza, tenía miedo de lo que le pudiera pasar por culpa de su terquedad-

-descuida -me sonrió con gentileza- estaré bien -afirmó golpeando ligeramente mi cadera en ademán de que corriera hacía un lugar seguro-

-no te voy a dejar de nuevo -le murmure con enojo-

apreció tu ayuda -río- pero no es una pregunta -dijo seriamente empujándome más para obligarme a correr-

-no quiero arruinar su momento de romance -se burlo Asmodeo apretando fuertemente el hombro de Akemi, quien solo apretaba los dientes de dolor- pero no tengo todo su tiempo.

¡suelta a mi hijo bastardo! -se escucho un grito y seguido de ello, unas manos me sujetaron y colocaron en un rincón del salón junto a Akemi-

-¿c-claude? -preguntó Akemi con el ceño fruncido-

-joven amo -respondió el mencionado con educación-

-¡no puede ser! -bufó Asmodeo- ¿ahora que? -miró hacía todos lados encontrándose con la sombra de una persona-

-los demonios de tu categoría me provocan nauseas -afirmó saliendo de la oscuridad-

-¡¡¡Conde Trancy!!! -espeté con emoción al verlo- esperen... ¿qué esta pasando aquí?

-lo mismo quisiera saber yo -dijo Akemi igual de confundido que yo-

-quédense aquí -nos ordenó Claude acomodando sus lentes y caminando hacía Asmodeo junto a su amo-

-un demonio cualquiera que se deja ordenar como perro faldero de un humano enfrentando a un príncipe del infierno como yo ¿eh? -comentó juguetón el pelimorado- eres tan patético.

-los príncipes no siempre ganan señor -dijo comenzando a atacar al demonio-

Ahora habían dos peleas en la estancia, mientras Anzura enfrentaba a mi padre y a Sebastian, Asmodeo combatía contra Claude y Alois. Como si no fuera poco, la caja de la cual había salido Asmodeo no dejaba de formar un torbellino del cual comenzaron a salir pequeños intentos de demonios completamente deformados y terroríficos, de sus bocas escurrían gotas de sangre y su horrible aroma a putrefacción era insoportable, estos al vernos comenzaron a acercarse con intención de atacarnos.

-A-Akemi... -lo llamé con temor-

-¿si? -me miró-

-¿deberíamos comenzar a correr? -le pregunté al ver como venían hacía nosotros-

-supongo que eso sería lo correcto -afirmó caminando a pasos lentos junto a mí- así que si no quieres que tu ropa se ensucie será mejor que corras -dijo sujetando mi muñeca y corriendo junto a mí, mientras esas pequeñas criaturas nos perseguían por toda la mansión.

Al poco rato, los tacones de mis zapatillas se rompieron haciéndome caer y provocando que uno de los demonios se lanzara hacía mí, pero Akemi reacciono a tiempo y lo golpeo con una jarra de barro que encontró cerca.

-¿estas bien? -me preguntó extendiéndome la mano para ayudar a levantarme-

-s-s... ¡cuidado! -grité al ver como tres de esos demonios se encimaron en Akemi, quien los detenía con lo poco que sobraba de la jarra de barro-

-corre -me ordenó Akemi intentando sujetar a los demás demonios que se habían acumulado encima de él- dentro del libro que te regale hay una llave, sácala y ella te guiará al lugar en donde encontraras el nuevo contenedor para Anzura y Asmodeo -aseguró forcejeando- y hagas lo que hagas al bajar y subir nunca mires hacía atrás.

I don't know 《Sebastian X Tu》(TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora