I don't know 《Sebastian X Tu》(TERMINADA)

Este convenio no es mío

-entonces... si eres un demonio -murmure-

-si, lo soy -suspiro-

-bueno... no es tan malo... -dije mirándolo a los ojos con duda- ¿cierto?

-en realidad...

-¡Sebastian! -interrumpieron los sirvientes y ambos volteamos a verlos-

-Ha llegado una invitación -dijo bard mientras los otros dos me veían con alegría-

-¡¡¡señorita ___!!! -gritaron con emoción- ¡¿ya se encuentra mejor?! -corrieron hacía mí para abrazarme, pero Sebastian los detuvo-

-Acaba de despertar ¿y ya la quieren matar?

(Alta referencía al manga xd)

-perdón... -se disculparon cabizbajos-

-no se preocupen... estoy bien -sonreí gentilmente-

-es un placer que este de vuelta con nosotros señorita ___ -habló bard-

-¡gracias! -sonreí- ¿qué decían respecto a la invitación?

-¡oh! -dijeron al unísono-

-tenga -sacó una carta y me la entrego-

-gracías Finni -la agarre y la abrí-

Remitente: Akemi Trancy ♡~
Destinatario: ___

Reí con tan solo leer el nombre del remitente.

-es de Akemi... -me detuve al recordar que Sebastian no le tenía mucho afecto-

-¿y qué es lo que quiere el joven Akemi My Lady? -preguntó más como una orden para leer la carta-

Volví a ver la carta y esta vez la leí.

¿Recuerdas la historía de la Naupaka? Ayer encontré una y me acorde de usted jajaja, como sea, mi padre me ha dicho que necesita hablar con ambos, tiene algo muy importante que decirnos, ¡ven pronto!, y dile a tu mayordomo que sonría aunque sea una vez, me aburre ver su ceño fruncido :p
La veo lo más pronto posible ♡~

Reí de nuevo al leer las últimas palabras y los miré.

-el señor Trancy tiene algo importante por decirnos a Akemi y a mí, así que nos cito -dije levantandome de la cama-

-¿en este instante? -pregunto Sebastian con sorpresa-

-si -dije agarrando mi ropa y dirigiendome al baño para vestirme-

-¿quiere que la vista My Lady? -pregunto con burla-

-¿qué? -me ruborice- ¡¡claro que no!! -dije cerrando la puerta del baño-

Suspiré con alivio recargandome en la puerta y tocando mis cachetes.

-¡¡Por Dios!! -dije al sentir el calor- ¡es un idiota Sebastian! -murmure con verguenza-

-yo te lo dije ¿no? -escuché una voz en la habitación, sobredaltandome- tranquila, no muerdo... -río- aún... -Volvió a reir-

-¿qué? -fruncí el ceño- ¿Anzura? ¿pero como?

-shhh -puso su dedo indice en sus labios y sonrío- Sebastian podría escucharnos -río-

-¿a qué has venido? -pregunte-

-nada en especial... nada... -camino por el lugar-