Salvatore

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Han pasado dos semanas, Salvatore solo ha dicho cosas irrelevantes a cambio de comida. No debíamos dejar que muriese sin obtener las respuestas. Solo debíamos dejar que pensara que lo dejaríamos morir.

Zack quiere llevar a Daniel a ver a los animales. Terminó de vestirme para poder irnos, el espejo es mi peor enemigo, no logró abotonar mi pantalón, puede indicarse que he subido de peso, sin duda dejaría de comer un poco, así volvería a mi peso normal.

Daniel tiene en sus hombros la mochila que le compré, dentro de esta, se encuentran los juguetes, ha convertido el encerrar a Zack en la cárcel en su juego favorito.

Toma mi mano y salimos de la casa, Mónica se encargará de vigilar a Salvatore. A cambio, quiere dos botellas de vino y una bolsa de caramelos ácidos.

Zack toma mi mano libre. Lo amaba, estaba segura que necesitaba vivir a su lado, junto a Daniel.

~

Suspiró intentando tragarme el pan rancio que me han dejado, el agua está muy caliente y no logra refrescarme. Escuchó la risa de aquella maldita mujer, odiaba el día en que decidí darle mi corazón, solo fue para su propio beneficio.

Sabia que pasaba por la mente de Annie, ha cambiado mucho, la recuerdo muy educada junto a sus padres. Entendia su sentimiento de odio hacia mi, solo quería que esta pesadilla acabará para todos.

Tengo algunos recuerdos del pasado, mi cabeza ha sufrido muchos golpes y traumas, con ello, me ha hecho olvidar cosas irrelevantes. Agradecía recordar las cosas importantes.

Genevie dio a luz a mi hijo mayor, tenía algunos minutos para pensar en su nombre, se nos había pasado por alto ese gran detalle con tantas ocupaciones de la empresa, comenzábamos a firmar un contrato, sería sin duda una promesa de negocio que nos haría ganar mucho dinero.

-Nathaniel-brinque con felicidad, es el nombre que voy a darle a mi hijo varón.

Genevie ha sido el amor de mi vida, aún así, ha sido una mala madre.

Un día lo descubrí, mi hijo había crecido, tenía diez años en ese momento. Caminaba a la empresa con mi maletín, tenía la corbata algo desordenada. Escuche un gritó que reconocía perfectamente, era mi hijo.

Me devolví a la casa. Me asomé en la ventana y pronto lo vi, Genevie estaba maltratando a Nathaniel, intentaba ahorcarlo. Mi corazón sintió dolor al ver el llanto desesperado de mi hijo. ¿Por qué lo maltrataba?

Comenzó a patearlo, decidí intervenir. Al entrar, su odio se clavó en mi, odiaba la forma en la que su hijo se parecía a mi, ¿Podría ser posible que toda su vida sintiese cólera al verme?.

Annie Jones.Where stories live. Discover now