xxvi. last chance

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Sarah

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Sarah. Sarah estaba allí frente a ella después de días, que en realidad se habían sentido como años, y en ese momento Cassandra olvidó los problemas, lo único que quería era que su hermana menor estuviera bien.

Las hermanas se unieron en un abrazo, Cassandra acariciaba el cabello de Sarah mientras esta lloraba.

─Lo intente, Cassie. ─dijo entre lágrimas la menor. ─intente detenerlo, pero él está dispuesto a todo. Esta dispuesto a matarte.

Cassandra sintió como si el mundo se le parara por segunda vez al oír eso, Rasmus le había dicho que la amaba y ella a él.

─Escúchame, Sarah. ─tomó a la rubia por el rostro. ─eso no va a pasar, yo no lo voy a permitir.

Si Rasmus quería matarla Cassandra no iba a dudar en proteger su vida, porque podría amarlo, pero había aprendido a ponerse ella misma sobre la gente que amaba por más que le doliera.

De repente la puerta de la casa rodante detrás de ellos se abrió revelando a Fie, quien no dudo en acercarse para abrazar a Sarah por más de todo lo que hubiera pasado.

─Lo lamento por matar el momento. ─Patrick hablo en voz alta. ─pero debemos irnos de aquí ahora.

Cassandra asintió, Patrick y ella tomaron las armas de los soldados que habían quedado inconscientes. Deberían llegar a la piscina donde estaba la flor, allí llevarían a cabo la trampa para Rasmus.

─Vayan yo estaré ¡Ah! ─el propio grito de Fie la interrumpió.

La chica se acercó rápidamente para ayudarla a mantenerse de pie al igual que Patrick. El bebé estaba cerca, y era el peor momento para que Fie diera a luz.

─El bebé ya quiere salir, muy oportuno. ─dijo Cassandra sarcásticamente.

La llevaron hasta la casa rodante donde descansó en la cama mientras que la madre de Daniel estaba a su lado en todo momento para ayudarla con el parto que estaba más cerca cada vez.

─Sarah, ven aquí. ─Cassadra la llamo. ─no te quiero allí fuera, por favor, quédate aquí con Fie.

─Pero, Cass...

Cassandra le dio una mirada que fue más que suficiente para que guardara silencio y no la contradijera.

─Te necesito y viva, Sarah. ─murmuro la rubia, mientras se alejaban de los demás. ─cuando todo esto termine vendré por ti, lo prometo. ─la rubia menor asintió.

─Cassandra tienes que saber algo. ─Sarah la detuvo. ─Rasmus está muriendo, él no lo sabe, pero está muriendo. Detenlo antes de que nos mate a todos y a sí mismo. ─la rubia mayor asintió.

Una vez que el silencio entre ellas volvió se miraron a los ojos, azul con azul, y el miedo era evidente en ambas miradas. Estaban aterradas por no volver a ver a la otra.

Dieron un paso adelante al mismo tiempo antes de hundirse en un abrazo que duró lo suficiente para que pudieran prepararse mentalmente para lo que venía.

─Bien, voy a ver la vagina de Fie. ─exclamo Sarah con fingida emoción.

Cassandra rio antes de darle un golpe en el brazo.

─No hagas ninguna estupidez. ─pidió Cassandra.

─¿Cómo podría? Tú te llevas toda la estupidez contigo.

Soltaron una risa que hizo que el ambiente se volviera menos tenso.

─¡Patrick! ─ambas se voltearon al oír el grito.

El mencionado entro corriendo a la casa rodante y Fie lo llamo para que sostuviera su mano, al parecer eso alteraba un poco sus planes. Finalmente Cassandra termino yendo sola.

─Puedo hacerlo, estaré bien. ─les había dicho. ─tengo estas. ─mostró el arma y la navaja.

Luego de eso, corrió lo más rápido que pudo hasta llegar al edificio abandonado, a lo lejos había logrado ver a Rasmus y su equipo caminar hacia allí. Pero ella era más rápida.

Una vez dentro se encontró con Kira, Jean, Simone y Daniel. Los últimos dos ya estaban junto a la flor y preparados, Cassandra tomó lugar junto a ellos.

Kira había dicho que si Rasmus se enfocaba en su hermana y amante, eso sería más fácil para distraerlo y poder hacer que recibiera el disparo. La bala que terminaría con su corta vida porque Rasmus aún era un niño, solo que había perdido el control.

Y Cassandra realmente quería salvarlo, pero si él no hacía nada para cooperar entonces la causa estaba perdida, Rasmus Andersen iba a morir ese día.

─Están aquí. ─susurro Cassandra. ─oigo sus pasos.

Y efectivamente Rasmus se estaba acercando.

─Jean, ahora. ─dijeron Simone y Cassandra al mismo tiempo.

Jean debía prender fuego una cuerda que liberaría una valla que los mantendría fuera de la piscina, el fuego podía detener el virus por un tiempo pero no para siempre. Sin embargo, no estaba funcionando y ellos se acercaban cada vez más.

Y justamente cuando la valla cayó, con el fuego incendiándola, un Rasmus con la capucha de su chaqueta puesta quedaron dentro junto a ellos.

─Rasmus. ─susurro Cassandra, sin poder creer que lo estaba viendo.

Él comenzó a caminar dentro de la piscina, pero nunca tuvieron la oportunidad de ver su rostro claramente.

─Simone, ese no es Rasmus. ─habló Cassandra a la chica a su lado.

─¿Qué? ─Andersen estaba segura de que ese era su hermano.

─¡No es Rasmus! ─dijo alterada, no podía esperar a que Simone lo entendiera. ─¡Kira! ¡Kira, no dispares!

Pero fue muy tarde, el disparo escapó dándole al cuerpo que libero aquel extraño humo que provenía del virus. El cuerpo cayó como si fuera un costal de papas, mientras que Cassandra y Simone se acercaban corriendo a él.

Le habían disparado a la persona incorrecta y no tenían más balas. Estaban todos muertos.

GOLDEN     ✶     rasmus andersen ✓Where stories live. Discover now