GOLDEN ✶ rasmus andersen ✓

xvi. pillowtalk

Al siguiente día un guardia fue en busca de Cassandra a pedido de Rasmus y Sten. La rubia no había dormido en toda la noche, creando el plan perfecto para escapar también, por lo tanto estaba que en cualquier momento caía dormida.

En cuanto oyó el sonido de la puerta antes de que se abriera se puso a un costado y espero hasta que el hombre entrara para rodearlo con su brazo en el cuello, no lo quería matar realmente, solamente quería ponerlo a dormir unos minutos hasta que se pudiera ir.

Salió corriendo en busca de alguna salida, no conocía ese lugar de nada, estaba atrapada y la encontrarían antes de poder hacer algo. Tampoco tenía aquellas tarjetas para entrar a las habitaciones que quisiera.

Oyó unas voces en el otro corredor del cual ella se encontraba, pudo reconocer que eran Rasmus y Sten, pero había una voz de una chica. Se había ocultado detrás de una pared y en cuanto los vio pasar casi se desmaya ahí mismo.

Salió de su escondite lentamente, ellos no se habían dado cuenta de su presencia a sus espaldas.

─¿Sarah?

Los tres se dieron la vuelta sus rostros mostraban la sorpresa al verla allí, sin custodia.

─Sorpresa. ─dijo Sarah tranquilamente y caminando hacía su hermana mayor.

─¿Qué? ¿Cómo? Tú estabas muerta. ─un dolor de cabeza increíble la había azotado al ver a su hermanita allí.

─Bueno estoy muy viva como puedes ver. ─su tono de voz sonaba distinto y su actitud definitivamente era distinta. ─más viva que la promesa que me hiciste.

─Estabas muerta ¿Qué se supone que tenía que hacer? ¿Quedarme contigo y terminar como un muñeco de tiros? ─Sarah no se esperaba que Cassandra fuera así de dura con ella. ─no voy a disculparme por querer vivir.

Mientras decía aquello último oyó los pasos apresurados que venían desde el otro pasillo, tres guardias aparecieron detrás de ella apuntándola y Cassandra se volteó con las manos en alto.

─Déjenla, está conmigo. ─ordeno Rasmus, ignorando las miradas de Sten y Sarah.

Minutos después se encontraba dentro de un pequeño laboratorio donde estaban haciendo algunas pruebas a Sarah para ver si ella también podía pasar el virus a los pacientes. La única forma de sobrevivir, según Rasmus.

Cassandra no quería creer que la única solución para seguir con vida fuera tomar el virus y comenzar un nuevo mundo, tenía miedo sinceramente.

De fondo notaba como Sten le hacía preguntas a Sarah, que Cassandra estaba ignorando debido a sus pensamientos.

─No quiero hacerlo. ─exclamo la menor.

Todos dirigieron su mirada a ella automáticamente, incluida Cassandra, era la señal que necesitaba para saber que podría huir con Sarah. O probablemente estaba malinterpretando las cosas y su hermana quería permanecer en ese lugar.