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liverpool, 1956
—eres un tramposo —la chica tenía recargadas ambas manos en sus rodillas intentando recuperar el aliento perdido por haber corrido cuatro cuadras sin parar.
—claro que no —paul sonreía victorioso al haber ganado la carrera—. las reglas dicen que debemos contar hasta tres para comenzar a correr, que tú no las conozcas es algo completamente diferente.
—no —lo miró mal— las reglas correctas dicen que uno debe decir “uno, dos, tres, ¡ahora!” para correr, es más que obvio.
—claro, love, como digas —le dio unos golpecitos en el hombro—. aunque sea un tramposo y lo peor del mundo aceptas salir conmigo y buscas mi compañía.
la castaña habría dicho algún comentario negando lo que paul acababa de decir, pero se quedó con la boca abierta al no encontrar las palabras adecuadas para contradecirlo. ella era conocida por llevar la contraria en los diálogos donde ella iba perdiendo.
—¿lo ves? —sonreía— amas estar conmigo —se sentó en el concreto de la banqueta para beber un poco de su botella de agua.
—yo diría que amar es una palabra demasiado fuerte para esto —se recostó boca arriba en el suelo y cubrió sus iris azules de la luz del día—. me agrada tu compañía, además eres la única persona joven que conozco por aquí —hablaba con dificultad.
—tiene sentido —ladeó la cabeza mientras asentía. el de ojos color hazel se sentó a su lado, no se notaba, pero también había sido un infierno para él correr lo más rápido posible con tal de ganar—. si solo estás conmigo porque soy la única persona joven por aquí deberías salir y socializar un poco más —le pasó la botella ofreciéndole del agua que tenía, la chica se veía realmente agotada y paul sabía perfectamente que tenía algunos problemas de salud.
mccartney era una persona un poco perfeccionista en ciertos aspectos, habían ocasiones en las que no soportaba ver un pequeño detalle fuera de lugar. tuvo un poco de disgusto al ver un castaño cabello de taylor balanceándose sobre su frente mientras los demás se encontraban por detrás de sus oídos. junto a una mueca tomó dicho mechón y lo acomodó detrás de su oreja, satisfaciendo su estricta vista.
por otro lado, love no era fanática del contacto físico y salió de su órbita al sentir el tacto del menor; se apartó bruscamente por instinto después de que paul cumpliera su cometido. terminó de beber el agua que se encontraba ya dentro de su boca mientras lo veía extrañada; él preguntó qué pasaba simplemente con la mirada, a su parecer no había hecho nada malo, pero aún no conocía lo suficientemente bien a love como para saber que actos como ese le causaban suma incomodidad.
