II. EL BRABUCÓN

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Su segundo año fue mucho más simple.

Ya conocía el proceso de llegada a la escuela y aprendió mucho en sus clases con Snape, incluso se atrevería a decir que podía considerarlo como un amigo-consejero (uno al cual le tenía mucho respeto, claro está). Se codeaba con los hijos de personas importantes o con aquellos que compartían su mentalidad, Cindy estaba siempre a su lado, y había empezado a ser más cercana con el hijo de una de las familias que mejor relación tenía con sus padres: Jeremy.

Jeremy es un chico inteligente en casi todas las materias y es amable la mayor parte del tiempo, al menos lo es si eres una persona que merezca su compañía. Es decir, es un completo arrogante y creído, pero eso no es nada que le desagrade, ni que le sea indiferente, a decir verdad. Es muy parecido a ella en muchos aspectos, exceptuando la elengacia que brota por los poros de Hydra; él es más tosco, varonil. Su andar y presencia resultan imponentes pues el chico exhuda confianza en si mismo, pero su voz está perfectamente regulada a un tono impersonal pero agraciado.

No estuvo mucho tiempo con él, pues aunque comparten un grupo de amigos, ella no posee el mismo gusto que el chico por molestar niños en los pasillos. Vamos a ver, Hydra no es ninguna fanática de los sangre sucia ni de los traidores a la sangre, pero le parece ridículo desperdiciar su tiempo en basura como esa.

Fue justo por eso que tuvieron su primer discusión a mediados del segundo año.

-¿Qué sucede, Branson? -dijo el rubio, riendo- ¿Acaso no puedes defenderte solo? ¿En el mundo muggle no les enseñan a dar la cara?

El grupo de amigos rió. Hydra se dedico a observar desde el lugar en el pasto donde estaba sentada con sus amigas. Jeremy empujaba a un chico de hufflepuff contra un árbol mientras lo retaba a responder, lo cual era obvio que no sucedería, pues el castaño era más bajo que Jeremy como por quince centímetros y tenía una expresión de pánico total en el rostro.

-¡Conviertelo en un ratón, Jerry! Así todos podrán ver lo diminuto que es -lo incentivó Gregory, su perro fiel, como a Hydra le gustaba llamarle.

Cuando Jeremy apuntó al chico con su varita fue como si un botón en ella se hubiera accionado automáticamente. Se levantó y fue hasta él, llamándolo con voz dura. El rubio la miró, demasiado extasiado por la situación para notar su descontento.

-Déjalo ya, tenemos que entregar un proyecto mañana y necesito tu ayuda, ahora -remarcó la última palabra.

Sin más, emprendió el camino dentro de la institución. Jeremy, algo confundido, bajó su varita y empezó a seguirla, no sin antes dar un último mensaje.

-Te dejaré ir esta vez, Branson, sólo porque tengo cosas más importantes que hacer que ver a un sangre sucia como tu, pero aún no te has librado de mi.

Con una sonrisa socarrona, dejó el lugar y se reunió con Hydra en el pasillo. Caminó junto a ella, esperando a que le explicara de qué proyecto hablaba, pues él recordaba haber terminado todos sus deberes con eficiencia. No esperaba ser arrojado a un salón vacío en medio del paseo, así que trastabilló un poco antes de entender qué era lo que sucedía.

-¿Tu quién te crees que eres? -preguntó la rubia, con un enojó claro en su voz.

-¿Qué?

-¿Quién crees que eres? ¿Un cuarentón resentido con el mundo? ¿Un inseguro exigiendo atención? ¿Un mediocre sin autoestima? ¿Un...

-¿De qué hablas? -esta vez la confusión se había evaporado de su voz, sólo quedaba el coraje por ser ofendido sin razón alguna- ¿Me traes aquí por un supuesto proyecto solo para insultarme?

-Te traje aquí para decirte que te ves como un bruto actuando de ese modo.

Las manos de Hydra estaban vueltas puños a cada lado de su cuerpo, y con ellas así empujó el pecho del chico cuando quizo responder a su acusación.

-No hay nada más corriente que dedicarle tiempo al desperdicio de la sociedad, y tu incluso te atreves a dar una demostración pública. ¿No lo entiendes? ¡Te ves ridículo comportandote así! Sólo bajas el estatus de nuestra casa y nuestra élite.

El muchacho arrugó el rostro.

-¿Enserio? ¿Me lo dices tu? ¡Te la pasas discutiendo con los Weasley! ¿Acaso no somos ambos corrientes, entonces?

Una expresión de rabia y sorpresa brotó de los labios de Hydra, a lo que siguió un nuevo golpe al pecho del chico.

-¡Eso es diferente! Ellos me provocan, y contestar a ello con mi sofisticación solo demuestra mi superioridad -el rubio quiso responder, pero un nuevo empujón cargado de furia lo detuvo-. Jamás vuelvas a llamarme corriente, o te juro por mi vida que te cortaré la lengua con mis propias manos.

Salió dando zancadas de allí, dejando a un Jeremy confundido y enojado a su paso.

La pelea no fue tan mala, ni muy larga, pero lo que sucedió después fue lo que colmó su paciencia.

Llegando a la esquina para dar la vuelta se detuvo al escuchar la voz de su nemesis.

-Jamás pensé ver esto, George. Una Malfoy defendiendo a un sangre sucia.

-Ya lo creó, Fred. Pero hablando seriamente, deberías reconsiderar tus técnicas de defensa, creo que ofendiste más a Nick tú que el rubiecito tonto.

Descubrió tres cosas en ese momento: Primero, olvidó cerrar la puerta del salón de su encuentro anterior; Segundo, los gemelos habían espiado su discusión sin que ella lo notara; Tercero, el chico renegado se llamaba Nick.

No era un buen momento para povocarla, pero ellos no lo supieron hasta que la bomba les estalló en la cara.

-¿Siempre tienen que ser tan imbéciles? ¡Estoy harta de verles el rostro en todos lados, todos los malditos días! ¡Vuelvan al fango de donde provienen y dejen a los demás vivir su vida en paz!

La sorpresa mezclada con la diversión tiñó su rostro.

En el camino a su habitación, Hydra se la pasó pensando en maneras de hacer que fueran expulsados de la escuela, pero no halló una donde ella no saliera involucrada.

Su odio se multiplicó al triple luego de eso.

Hydra Malfoy (Fred Weasley) Where stories live. Discover now