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Steve no esperaba que Marvin fuera la respuesta a sus plegarias, si, su asistente era competente y tan bueno en su trabajo que había sido el único que superó todas las pruebas impuestas por Tony por lo que le parecía extraño que no estuviera en la lista de confianza para el cuidado de sus hijos ya que hacía un excelente trabajo con ello.

Mientras Marvin vigilaba a los niños èl tuvo la oportunidad de interrogar personalmente a los prisioneros obteniendo información muy importante, esperaba que Tony regresará pronto por que iba a necesitar su ayuda para resolver el asunto.
Regreso a su oficina después de limpiar la sangre de sus manos encontrando todo en perfecto orden, claro si ignoraba la obvia molestia de su pequeño rubio haciendo pucheros frente a su tablett.

—¿Se portaron bien?

—Maravillosamente, son uno verdaderos angelitos

Alago Marvin levantandose del sillón con el pequeño Peter medio dormido en brazos.

—Gracias, puedes volver a tu puesto

Steve tomó al bebé de los brazos del hombre y lo acurrucó contra su pecho, Peter parecía haberlo estado esperando para cerrar los ojos y dormir.

—Hagame saber si necesita algo más

Steve se acomodo donde Marvin había estado antes y en voz baja le habló a Johnny

—¿Cuánto tiempo llevas jugando con la tablett?

—No estoy jugando, yo leo, ya se leer solo

—Bueno, ¿Cuánto tiempo llevas leyendo?

Johnny levantó los hombros indiferente a las palabras de su padre

—No me respondas así, te hice una pregunta

—Apenas la prendi papá y la voy apagar cuando sepa el nombre del sapito perdido si me lo permites

—Creo que debemos hablar soldadito, ¿por qué estas enojado?

—No me gusta Martin

—Se llama Marvin

—No lo defiendas, papá, èl es malo

—¿Te hizo algo?

Johnny dejó la tablett a un lado, se quedó pensando un momento y sin importarle aplastar a Peter en el proceso se lanzó a abrazar a su padre

—¿Amas a mi papi?

—Claro que si, lo amo mucho

—¿Y amas a Martín?

—No

—¿Ni un poquito?

—No, ni un poquito

—¿No lo vas a besar?

—No cariño, solo estas confundido, es un trabajador más que me ayuda cuando es necesario

Johnny se estiró cuanto pudo para besar el mentón de Steve

—Harley se está comiendo la plastilina

Aviso soltandolo, Steve se levantó rápido incomodando al bebé haciéndolo quejarse

—Harley deja eso

Con la mano y agachandose cuanto podía sin despertar al bebé le arrebato la plastilina a Harley quien con la boca manchada y aun masticando miró con duda a su papá, Steve tuvo que meter dos dedos en la boca del niño para sacar la plastilina ante las negativas de su hijo para abrir la boca, él pequeño creyendo que de un juego se trataba lo mordió mientras Steve se quejaba del repentino ataque Harley de reía.

—No es divertido Harley

—Quedo gadetta

—Yo también

—Si tienen hambre iremos por un bocadillo pero nada de golosinas

Harley le indicó la lengua en respuesta y regreso su atención a sus juguetes desparramados por el piso

—¿Puedo jugar con Harley afuera?

Pregunto Johnny, Steve miró la pared de cristal que daba a la pista donde varios reclutas corrían y entrenaban

—De acuerdo, le diré a Marvin que los lleve, pero quiero que se queden donde pueda verlos

Mientras Steve salía de la oficina para darle instrucciones a Marvin, Harley guardaba sus juguetes en su pequeña mochila.

Steve se sentía feliz de que sus hijos se portaran bien y pudiera trabajar en paz, dejo a Peter en su cochecito y acomodo la silla de su escritorio para mantener vigilados a los niños, Harley seguramente por correr como acostumbraba ya estaba a la mitad del campo saltando y agitando sus manitos para saludarlo, Steve correspondió el gesto encantado siempre por la energía de su pequeño, el niño se mantuvo saltando y al parecer gritándole hasta que vio a su hermano y a Marvin.

Respiró tranquilo al ver a los tres interactuar sin contratiempos aunque seguía preocupado por el cuestionamiento de Johnny tenía que hablar seriamente con él antes de que le dijera algo incorrecto a Tony.

—bbbaba

Un poco más de una hora después Peter despertó balbuceando para llamar la atención de su padre. Steve dejó el papeleo para atender a su retoño.

—Hola mi cielo ¿dormiste bien?

—baaaba

Contestó el pequeño tirando de la camiseta de Steve y haciendo pucheros

—Tienes hambre, de acuerdo irémos por un biberón y después con tus hermanos pero primero hay que cambiarte el pañal

Peter se quejó y empezó a retorcerse y patalear en cuanto fue recostado en el mullido sofá, a Steve nunca le había costado tanto inmovilizar a alguien porque a pesar de sus reflejos y lo ágil que podía llegar a ser tanto él como él sofá terminaron empapados y algo sucios.

Pero no podía enojarse con su bebé y menos cuando lo miraba con esa sonrisa de solo dos dientes y sus brillantes ojitos de pestañas rizadas, para su pesar y fascinación había heredado todo el encanto de Tony.

Los angelitos de Hydra 1Where stories live. Discover now