𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 20

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Jimena


—Buenos días...— Dije aún con sueño mientras me encontraba con la cabeza sobre el pecho de Ángel.

—Buenos días — Me contesta somnoliento —.¿Dormiste bien?

—Mejor qué nunca.

Apesar de qué nos encontrábamos ebrios los dos recuerdo todo perfectamente bien, recuerdo a la mesera de la cuál nos alimentamos y después recuerdo lo qué hicimos.

Tuvimos sexo...

Y sí me preguntan a mí el sexo vampiríco es excelente no hay nada comparado a la adrenalina qué te hace sentir, pase una de las mejores noches de mí vida.

—¿No tienes hambre?, creo qué no drenamos toda la sangre de la mesera.

—No, estoy bien pero creo qué nos debemos ir de aquí, alguien puede venir.

—Sí, creo qué es lo mejor.

Me levanté de él, busque mí ropa al igual qué él vampiro y ambos nos vestimos. Una vez qué ya nos encontramos totalmente vestidos Ángel miro a la mesera la cuál estaba ya fría.

—Es una lástima — Dice él.

—¿Por qué?

—Al parecer tendrán qué conseguir una mesera nueva y con lo difícil qué es conseguir empleados en estos tiempos — Ríe y después me mira —.¿Lista?

Asentí, los dos salimos del local sin qué nadie se diera cuenta y nos dirigimos hacia la plaza central de la ciudad. Ahora no sé qué decirle me comencé a sentir algo incómoda en el camino, ahora qué lo pienso con más claridad, tuvimos sexo y ahora no sé qué hacer o decirle.

Llegamos a la plaza, nos acercamos a la fuente y nos sentamos en ella para qué Ángel pudiera lavar su rostro.

—¿Cómo están tus ojos? — Pregunté.

—¿Por qué me preguntas eso?

—Anoche tus ojos estaban de color violeta, te lo juro.

—Los ojos de alguien no pueden cambiar, sí quieres hablar de lo qué pasó anoche no tienes qué inventar nada, me lo hubieras dicho y ya — Por su comentario me sonroje demasiado y baje la mirada —.¿Qué quieres saber?

—Yo... no es eso — Tartamude sin mirarlo —.Bueno sí, ¡No!, quiero decir qué no es nada no tenemos qué hablar de eso sí no quieres.

—Ya Jimena — Ríe él y después toma mí barbilla cuidadosamente con su mano izquierda y hace qué lo mire a los ojos —.¿Qué quieres saber?, dímelo con confianza y responderé.

Tome a iré y después asenti.

—Tuvimos sexo...

—Eso es correcto.

—¿Eso en qué nos convierte?

—Eso depende.

—¿De qué?

—De lo qué quieras qué nos convierta — Sonríe en forma de coqueteó —.Ahora te pregunto, ¿En qué quieres qué nos convirtamos?

La Guerra Del VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora