𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 12

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Ángelus

—¡Abuelo!, ¡Abuela! — Grite desesperado mientras todo el castillo de Bran se estaba viniendo abajo —.¡¿Dónde están?!

Me acerque a una de las ventanas cercanas, la rompí y salte por ella para salvarme del incendió. Llegué al patio trasero del palacio, mire el castillo y fui testigo de cómo la gran construcción se venía abajo completamente.

—Vaya, todo lo qué eran los Blackwood se ha quedado reducido a simples cenizas — Escucho una voz a mis espaldas, giro rápidamente y veo a Tepes sonriendo y con su espada en mano —.Esto se pudo haber evitado.

—¡Eres un infeliz!

—Llámame cómo quieras, ahora quiero tú poder para mí.

—Mí padre murió luchando por detenerte, entonces...— Mis colmillos hacen acto de aparición —.Yo haré lo mismo, voy a detenerte así sea lo último qué haga.

—Sí qué eres un caso, bien entonces qué así sea, Ángelus.

Uso la velocidad para ir por él, llegó y cuando estoy por darle un puñetazo con mí mano derecha Vlad esquivo mí golpe sin mero esfuerzo.

Él toma mí mano y me lanza contra un árbol cercano dónde me estrellé.

—Ángel, ya no luches más, acepta tú derrota niño.

—Nunca...— Me pongo de pié —.Solo dejaré de luchar hasta qué una estaca atraviese mí corazón.

—Tus juegos de héroe, Ángel me están cansando verdaderamente.

El alza su mano derecha y chasquea los dedos. De la nada se escuchó un fuerte rugido el cuál retumbó en el cielo oscuro, a lo lejos pude ver una gran figura acercándose con mucha velocidad hacia nosotros, aquel ser aterrizó causando una gran nube de polvo, cuándo se disperso un dragón blanco y de ojos morados se hizo presente.

—Déjare qué mí mascota se encargue de ti — Vlad sonríe —.Adelante espero ver todo un espectáculo.

El dragón rugió, mire a la bestia con seriedad, me concentre, me envolví en un destello blanco y adopte sin más mí forma de dragón.

El dragón blanco corrió hacia mí, logré esquivarlo con mucha velocidad y agilidad, me lance a su cuello y lo mordí sacando una gran cantidad de sangre de la herida qué provoqué.

Lo tumbe en el suelo con mucha fuerza, lo solté y cuándo estaba por lanzar un lanzallamas para acabarlo, escuché a Tepes aplaudir.

—Lo lograste contener rápidamente, sin embargo...— Suelta una risa —.No creo qué seas capaz de acabar con tú propio padre.

¡¿Qué dijo?!

Deje de cargar el lanzallamas y mire a Tepes rápidamente.

—Todos pensaron qué Draco estaba muerto, la verdad fue muy fácil hacerles creer eso, yo creí qué serían más inteligentes.

Regrese a mí forma normal.

—¿Qué dices?, no, no puede ser.

—Ángel, Ángel — Suspira —.Siempre has tenido a tú padre en tus narices, niño estúpido yo esperaba más de ti la verdad.

La Guerra Del VampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora