𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 11

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Samantha

—Princesa Samantha — Uno de los sirvientes de la familia real de Japón abre la puerta corrediza de mí habitación y entra teniendo en sus manos un kimono color rosa —.Le he traído esto por ordenes de la reina Mikoto, con esto se sentirá más cómoda.

—Muchas gracias — Recibo la ropa —.Es hermoso.

—El príncipe heredero y la reina están en esté momento con la señorita Jones, tardarán un poco.

—Muchas gracias.

Él asiente, sale de la habitación y cierra la puerta.

—Vaya esto es verdaderamente hermoso — Observo el kimono —.Los japoneses sí qué tienen ropa hermosa.

Me saque la ropa qué traía puesta y me coloque el kimono. Me acerque a mí teléfono, lo tome, abrí la cámara y comencé a tomarme muchas fotos con el kimono puesto.

—Son excelentes — Verifico las fotos y sonrió —.Oh más bien, yo soy excelente.

Estar en Japón es excelente, nunca creí conocer tan hermoso país, quiero conocer todo sobre el, sus culturas, sus leyendas, su gastronomía, sus calles y su ropa. Pero no puedo salir por qué según papá esto no es un viaje de placer es un viaje por la salud de Fanny, pero no me estaría comportando irresponsable sí Fanny está con la reina Mikoto y el príncipe heredero.

—Solo serán un par de horas — Comenté acercándome a la puerta de la habitación —.Nadie notara mí ausencia.

La recorrí, salí de la habitación, camine por el pasillo y llegué al patio trasero del palacio en dónde había muchos árboles de Sakura.

Según tengo entendido para salir a la puerta principal tengo qué atravesar el jardín hacía el otro pasillo qué está al final, atravesarlo y creo qué sería todo.

—Por dios, ahora extraño el castillo de Bran — Susurré.

Cuando baje los pequeños escalones para dirigirme hacia el pasillo de enfrente note al príncipe Takumi salir de ese mismo pasillo traía las manos manchas de sangre y su ropa también.

Ambos cruzamos nuestros caminos, él me miró y después me rodeo para continuar su camino.

—¿Esta herido? — Pregunté, doy media vuelta y noto qué cómo él se detiene por mí pregunta —.¿Le puedo ayudar?

—No es su problema, princesa Samantha — Dice.

Reanuda su camino, sube los escalones y se adentra en el pasillo.

—Qué humor...

Puede qué sea un dios súper sexy pero esa respuesta no se me hizo correcta. Dí media vuelta, camine hacia el otro pasillo nuevamente, me adentre en el, camine por el largo pasillo, llegué a la gran puerta de madera blanca, me asegure de qué nadie me viera, abrí la puerta y salí rápidamente del palacio.

Una vez qué logré salir de las rejas qué dividen el castillo de Osaka con el parqué, la diversión japonesa comenzará.

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Ángelus

—Hola señorita Marin, me alegra qué ya haya despertado — Dije mirando a la neófita recostada sobre la cama de una de las habitaciones del palacio.

La Guerra Del VampiroOn viuen les histories. Descobreix ara