24

237 36 2
                                    

Le confesó que no tenía un instante sin pensar en ella, que cuanto comía y bebía tenía el sabor a ella, que la vida era ella a toda hora y en todas partes.
Gabriel García Márquez.

Al fin habíamos llegado a Nueva York y nos encontrábamos en un estresante enredo de coches que pitaban. Fue muy difícil , pero luego de un buen rato quedamos a una manzana de nuestro destino : el Instituto J. Edgar Hoover. Estábamos en Brooklyn, en una versión de las afueras más sórdida y poblada.

Encontramos la escuela con relativa facilidad. Era el tipo de edificio que podría hospedar una cárcel de baja seguridad o alguna otra institución. La tarde estaba avanzada. Aparcamos en la acera de enfrente y observamos el edificio desde el coche sin saber que hacer a continuación.

- ¿ Y qué, cómo va ese plan tan detallado ? - preguntó Enoch.

- Yo me limitaría a entrar y dar una vuelta - propuso Millard - A ver si alguien nos llama la atención .

- A este centro asisten miles de chicos y chicas - objetó Jacob - Echar un vistazo no bastará para encontrar al peculiar.

- No lo sabremos hasta que no lo hayamos intentado - dije - Pero antes que nada debemos descansar. Estoy muerta. No hemos pegado ojo como Dios manda en días .

- Yo también estoy cansado - dijo Victor - Me cuesta pensar.

- Y a mi - convino Emma .

El timbre del Instituto sonó y poco después, las puertas se abrieron de par en par y los alumnos comenzaron a fluir hacia afuera.

- He aquí la ocasión que esperábamos - dije - ¿ Os parece que alguno tiene aspecto peculiar?

- Sí - fue la respuesta de Emma - Todos.

- Es inútil lo mires como lo mires - sentenció Enoch - Si la persona que estamos buscando sabe que está en peligro, tendrá miedo, y si tiene miedo tratará de pasar desapercibida y no destacar .

- En ese caso tenemos que buscar a alguien que parezca sospechosamente normal - dedujo Victor - Demasiado normal.

- No, idiota, me refiero a que ni vamos a distinguirla a simple vista ¿ Alguna otra idea ?

- Tal vez deberíamos , no sé, preguntar a la gente - propuso Emma .

- " Si, perdone, estamos buscando a alguien con poderes extraños o capacidades sobrenaturales - dijo Enoch con una carcajada - Quizá con una boca de más en la parte trasera de la cabeza ".

- Sé quien sabría que hacer en estos momentos - se le ocurrió a Jacob - Abe.

- ¿ No te acuerdas de que murió ? - dijo Enoch poniendo los ojos en blanco .

- Pero podemos pensar como él.

- Me parece una buena idea - dijo Millard .

- Y volveremos mañana, cuando hayamos descansado un poco - propuse .

- Por mi genial - asintió Emma - Si no duermo un poco, voy a empezar a sufrir alucinaciones.

- ¡ Alguien se acerca ! - dijo Victor en voz baja .

Jacob arrancó y aceleró , creando un ruido sorprendente por parte del motor.

I found you [ || ]Where stories live. Discover now