20

262 37 1
                                    

Cuando extrañe su hogar, simplemente mire hacia el cielo. Porque vayas a donde vayas, la luna es la misma en todas partes .
Donna Tart.

Allí estábamos , al otro lado de los límites protectores del bucle. Nos dirigíamos a él sesenta y cinco, donde los huecos nos podrían dar caza sin dudarlo un momento. Atravesamos pequeños pueblos, sumidos en nuestros silencios. No teníamos muchas fuerzas, estábamos cansados.

- Deberíamos llamar a casa - sugirió Victor - Decirles a los demás que todo va bien. Estarán preocupados.

- No podemos - respondió Millard - Estamos en 1965, así que llamaríamos a la casa de Jacob en ese año.

- Paul, ¿ está muy lejos tu bucle ? - preguntó Emma .

- Calculo que llegaremos antes de la puesta de sol - fue su respuesta .

- ¿ Cómo se llama el pueblo ? - quise saber.

- Se llama Portal - dijo el chico .

- Tiene que ser una broma - dije riendo - ¿ Alguien escondió un bucle en un pueblo llamado Portal ?

- En realidad, el pueblo se llama así por el bucle - aclaró Paul - O eso cuenta la leyenda .

- ¿ Hay matones y salteadores de caminos peculiares en Portal ? - preguntó Millard.

- Desde luego que no - respondió él - Por eso la ymbryne que creó nuestro bucle se aseguró de que nunca estuviera en el mismo sitio, para que no pudiera encontrarlo nadie que albergará malas intenciones. Tal vez podáis quedaros unos días a descansar.

- Lo dudo - dijo Emma - Aún nos queda mucho por recorrer.

- Pues, la propuesta seguirá en pie.

Descansar, eso era justamente lo que necesitaba. No podía mantener mis ojos abiertos por mucho más tiempo. Yo no era la única. Victor no dejaba de cabecear y los bostezos de Millard me llegaban cada dos por tres. Estaba casi segura de que Enoch estaba dormido allá en el maletero. Emma se mantenía lo más fuerte posible, pero el agotamiento era visible en su rostro . El problema era Jacob. Él era el que más cansado se veía, y al ser el conductor del auto, aquello era alarmante. El ojiazul se desvió hacia la primera área de servicio que le pareció prometedora.

- ¿ Quién quiere un café ? - preguntó - Ya no puedo más .

Todos levantamos la mano, excepto Paul.

- No me gusta el café - dijo.

- Pide un bocadillo - lo animó Jacob - Es la hora de comer.

- No, gracias. Os esperaré aquí.

- Nadie debería alejarse de Jacob - le advirtió Emma - Podría haber huecos en las inmediaciones .

- No puedo entrar ahí - confesó por fin.

- ¿ Por qué no ? - pregunté.

- Porque soy negro - informó con voz queda .

- ¿ Y eso qué tiene que ver con nada ? - dijo Victor.

I found you [ || ]Where stories live. Discover now