8

8.8K 482 9
                                    

Mientras íbamos en el autobús hacia la casa de Mike, Jess no podía dejar de hablar.

-Estoy muy nerviosa- dijo por novena vez, mientras retorcía sus dedos.

-Tranquila, se nota que le gustas...-

-No puedo creer que le guste-

-¿Por qué?- la miré horrorizada -Eres hermosa-

-Ya sabes, siempre nos han ignorado...- murmuró.

-Escúchame. No dejes que nadie te haga sentir algo que no eres. Eres hermosa, divertida, y por lejos, mejor persona que ellos-

Jess sonrió.

-Eres la mejor-

-Lo sé- bromeé.

En cuanto nos acercamos a la puerta de la hermosa mansión, una mucama nos abrió la puerta. Se veía muy simpática y dulce. La compadecía por tener que trabajar aquí.

-Pasen al jardín, están allí-  señaló al fondo.

Después de agradecerle, caminamos nerviosas hasta el lugar.
Sentía que no pertenecíamos, para nada, a éste lugar.

El grupo estaba sentado, alrededor de una mesa de madera. La sonrisa arrogante de James, me recibió.

Bien. Ya había un deseo que no se había cumplido.

-Hola chicas- saludó Mike, poniéndose de pie.

-Hola- respondimos al unísono.

-Chicos, ellas son Jess y Eva. - nos señaló -Ella es Martha, él es Luke y bueno, él... Ya saben, James- nos presentó.

La cosa era así.

Mike era muy simpático. Tanto que no entendía como podía juntarse con ellos.

Martha era la típica arrastrada. La que seguía a los muchachos a cualquier parte. Era hermosa, pero era una víbora. Y eso se notaba más que nunca ahora. Nos miraba de arriba a abajo, alzando su ceja izquierda, mientras mascaba chicle.

Luke... Ya saben. El peor de todos. Su rostro demostraba superioridad.

Y luego estaba James.
Él tenía su vista totalmente puesta en mí.
Sus ojos estaban llenos de diversión.
Y con su lengua, jugaba con el arito que estaba en su labio. Lo movía de un lado a otro.

Y yo, sentía que iba a morir.
El problema con James, no sólo era que lo odiaba cada vez más. Sino que, además, todos sus gestos me parecían extremadamente sexys.

Aparté mi mirada de la suya, y me senté. Jess estaba frente a Mike, y Martha frente a Luke.

Se imaginarán mi cara en ese momento.

Los chicos comenzaron a hablar sobre la comida.

Alcé la vista para participar de la conversación, pero la sonrisa de James me distrajo.

¡El maldito lo estaba disfrutando!

-No vine aquí para verte- dije de repente.

-No he dicho nada- continuó con su estúpida sonrisa sexy.

-Sé que piensas que vine aquí por tí... Pero la verdad es que sólo estoy acompañando a Jess-

-Auch. ¿No te gusta estar conmigo?- James reemplazo su semblante por uno de falsa tristeza.

-No- respondí seria.

-Ya lo veremos...- murmuró mirándome a los ojos.

Y antes de que pueda responderle, la mucama nos sirvió la comida.

Durante el almuerzo, los chicos contaron algunas anécdotas de los partidos, que nos hicieron reír hasta llorar. Eran más divertidos de lo que creí, sobre todo Mike.
Luke seguía pareciéndome un estúpido.
Y James... Bueno, mejor ni pensaba en él.

Martha, nos dedicaba de vez en cuando, miradas de asco.

¿Qué le pasaba? No sabía, pero tampoco me importaba.

Después de comer unas deliciosas hamburguesas, Martha dijo:

-¿Qué les parece si jugamos un juego?-

Todos estuvimos de acuerdo.

-¿Cuál?- preguntó Mike.

-Paranoia- sonrió ella, con malicia.

-No lo conozco- respondió Jess.

La víbora rodó los ojos con molestia.

-Todos escribimos preguntas en  papeles, y los colocamos en el centro de la mesa. Luego, van sacando de a uno. Y deben responder esa pregunta con el nombre de aquella persona con quien lo harían, de ésta mesa. Por ejemplo ¿Con quién bailarías? Y dicen el nombre. -

-Suena aburrido- murmuró Luke.

-Pero, los demás no sabemos la pregunta. -alzó una ceja -Sólo aquél que tomó el papel. Por lo tanto, nada más escuchamos el nombre. Si la persona nombrada quiere saber la pregunta, debe hacer una prenda que el otro le diga.-

-Eso está mejor- sonrió.

-¿Qué dicen, jugamos?-

Todos respondimos que sí.

No parecía ser un juego tan rebuscado. ¿Qué tan grave podría ser? ¿Con quién bailaría?
Probablemente todas mis respuestas serían "Jess".

Martha y Mike fueron a buscar lapiceras y papeles. Pero cuando volvieron, también trajeron una botella de vodka.
Todos los miramos sin entender.

-Fue idea de ella- señaló Mike.

Martha sonrió con superioridad.

-Bueno, empecemos. Cada uno, escriba una pregunta-

Tomé una lapicera azul y un papel.
Y comencé a pensar... ¿Qué podría ser?

Ya sé.

¿Con quién saldrías a cenar?

Era sencilla. Ojalá me tocara a mí.

Doblé el papel un par de veces y lo dejé en el centro. Todos habían terminado, excepto James.

Cuando lo hizo, alzó su vista y me sonrió, mientras dejaba el papel.

Maldición. Ahora sí estaba preocupada.



Eres túWhere stories live. Discover now