𝐋𝐈𝐊𝐄 𝐀 𝐁𝐎𝐒𝐒 [Greco Rodríguez]

III

Musica de ambiente: Gansta.

Pasó solamente un día desde la llegada de Scarlett a la malla de policía como una nueva superior a cargo de aquella malla en Marbella.

Alzó la mirada sobre su cabeza, observando el techo de madera pintada en blanco. Mientras bebía su café en aquella cafetería de la zona alta y rica de la ciudad. Su portátil estaba frente a ella, leyendo unos correos e informes que había solicitado y pedido al Comisario Montoya para poder leerlos y saber qué tipo de policías y agentes tenían reclutados.

Estaba atardeciendo lentamente y a la azabache le tocaba el turno nocturno. Aunque prefería pasar la mayor parte del tiempo dentro de las paredes de la comisaría para poder tener un control y vigilancia constante en los agentes de policía, pero aquello era casi imposible para ella, al final era una persona que necesitaba descansar y ocuparse de sus necesidades como humano para poder sobrevivir. Por ello, necesitaba más ojos alrededor de la malla y en Marbella para poder llevar a cabo sus investigaciones dentro de aquella inmensa ciudad.

—¿Cómo mierdas hacés para mantenerte así? —una voz femenina con un acento argentino marcado le hizo desviar la mirada por encima de la pantalla de aquella notebook. Sonrió ladino al notar la presencia de dos mujeres totalmente contrariadas entre sí, pero que Scarlett conocía perfectamente bien.

Ambas chicas tomaron asiento delante de la azabache, que vestía con su característico uniforme negro y una coleta de caballo alta junto a sus lentes de sol sobre su cabeza. Dejó su taza de porcelana blanca sobre la mesa de madera mientras unía sus manos entre sí con sus codos apoyados sobre la superficie de madera clara.

África Nelli. 26 años. Agente de Infiltración y compañera del CNI. Su objetivo se trataba de ayudar a las misiones de investigación y rascar cualquier tipo de información que pueda ser de utilidad. Una chica de cabello castaño de altura mediana. Una tez tostada adornada por unas tiernas pecas sobre sus mejillas y el puente de nariz. Su cabello estaba recogido por el medio con un pequeño rodete que evitaba que su cabello recayera sobre su cara. Llevaba puesto una blusa trasparente de color blanca con un top del mismo tono. Unos pantalones de mezclilla con unos adornos de florecita blancas por todo el pantalón. Unas zapatillas marca FILA del mismo color neutro. Un estilo de vestir que le hacía lucir adorable y muy alegre.

En cambio, la chica a su lado era el mayor contraste que podía verse. Jessica Hernández, 29 años. Una agente de infiltración pero dedicada a las organizaciones criminales debido a su gran conocimiento en el mundo bajo de la delincuencia.

Su rostro era afilado y muy frívolo. Unos ojos celestes con diminutas manchas cafés. Su cabello azabache corto estaba amarrado en una coleta detrás de su cabeza, dejando ver su rapado contorneando su cabeza. Sus labios estaban pintados de un negro que resaltaba su semblante imponente e intimidante. Llevaba puesto un corsé negro con encaje que llevaba unas mangas que recorrían sus hombros de un color amarillo. Tenía una falta negra que se adhería a su cuerpo y se mezclaba perfectamente con su atuendo. Unas botas negras largas con tacones de punta muy altos.