CAPÍTULO 2: Siempre

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CAPITULO 2: Siempre

-Lale, ¿me podrías prestar un lápiz? Es que... se me quedó, vine súper apurada porque casi me quedo dormida. -Me preguntó Rosalía muy apenada, pero para mí no es ningún problema ayudar a los demás.

Le sonreí.

-No, para nada mi vida. Ten. -Revisé en mi mochila y había traído dos, esta vez me dio por ser precavida.

Al dárselo, mi mano hizo un ligero temblor que Rosalía pudo notar.

Contrólate, Lale.

-¿Estás nerviosa?

Vaya, te atrapó.

-Sí, un poco. -Dije para luego suspirar. Sentí un escalofrío recorrer por mi espalda, el que me estremeció al recordar lo que sucedió.

Al ver a Mateo frente a mí, no sabía qué carajos hacer.

Me quedé congelada.

-Hola Lale. -Me saludó. -¿Cómo estás?

Siempre he sido algo buena ocultando mis emociones pero esta vez creo que se me fue de las manos.

-Ehh... -¿Qué me había preguntado? -Muy bien, ¿y tú?

-Bien, bien. -Dijo con su sonrisa torcida.

Por favor, Lale. Disimula, disimula que se va a dar cuenta y vas a satisfacer su ego.

¿Por qué me pongo tan nerviosa?

Se supone que debería estar enojada y abalanzarme hacia él para arañarle la cara como tanto lo deseé, no tengo motivos.

La profesora entró y mandó a sentar. ¡Qué suerte!

Lo malo fue que llegué al lado de Rosalía hecha un manojo de nervios, que mientras más quería ocultar, más salían.

-No te preocupes, siempre me pasa los primeros días de clase. Ahorita se me pasa. -Suspiré, calma maldito corazón que me darás un infarto.

Mis ojos inquietos tuvieron que buscarlo. Es mejor saltar a la parte donde las cosas se ponen un poquito interesantes.

-Muy bien alumnos, despejen la mesa que vamos a aplicar el diagnóstico inicial de la asignatura. -Entró una profesora al aula muy apurada con su bolso y agitando su mano para abanicarse. Al parecer había llegado algo atrasada, ¿pero acaso no planeaba presentarse?

Llamé a Rosalía con el brazo.

-¿Tan rápido comenzaremos con la prueba de diagnóstico?

Ella solo levantó sus hombros en señal de que no sabía.

-Al parecer los profesores de la preparatoria son muy apurados. Lale, recuerda que ahora estamos en un mundo nuevo. Ya no es lo mismo que la escuela secundaria.

Y era verdad, nada en el mundo es igual y eso tenía que aceptarlo; pero mi mente siempre se resigna a aceptar los cambios y aquí estoy yo, con la esperanza de que todo sea igual que en años pasados.

-Es verdad, a ver si puedo con este cambio. -Dije mientras observaba a una muchacha levantarse para ofrecerle un poco de agua a la profesora recién llegada. Fruncí el ceño. -Parece que es muy buena gente.

Miré a Rosalía quien asintió.

-Al parecer sí. No todo es negro, Lale. No puedes juzgar a las personas sin conocerlas.

-Buenos días. Me presento: Soy la profesora Velázquez y le impartiré las clases de historia.

En fin, comenzamos con el diagnostico. Las preguntas fueron fáciles y nada del otro mundo. Nadie hablaba. Oh, sí que es mucha diferencia de la secundaria. Al pasar los minutos entregamos los exámenes y la profesora comenzó a hacer las preguntas.

Ahora Todo Cambió (SMCLS #2)Where stories live. Discover now