La Guerra Del Vampiro

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 8

—Ok, no tengo objeción.

—Hable con todas las familias reales con las qué te has presentado, les informé de lo qué te pasó y creen qué se trata de un buen augurio.

—¿En serio?

—Así es, también saben sobre el regreso de Vlad Tepes a la vida y creen qué tú puedes contra él.

—Entonces no los defraudaré.

—No tan rápido, no harás nada sin consultarme primero, ¿Quedó claro, Ángelus?

—Cómo órdenes.

—Ok, puedes retirarte, tú madre quiere hablar contigo de un asunto importante.

Asentí, me puse de pié y salí del estudio en dirección a la habitación de mamá.

¿De qué querrá hablar conmigo?, ¿De qué asunto?

¿Será qué por fin me dirá la razón del por qué actúa raro?

Atravesé todo el largo pasillo, llegué a la puerta de su habitación, toqué, tome la manija y después entre al cuarto viendo a mamá haciendo maletas.

—¿A dónde vas?

—Llegaste.

—¿Vas de viaje?

—Sí, pero antes de decirte a dónde voy quiero qué tomes asiento tengo qué hablar contigo de algo importante.

Tome asiento en un pequeño sillón cercano a la ventana de la habitación y después mire a mamá con mucha atención.

—Mientras estábamos en Escocia, estuve saliendo seguido por qué era necesario.

—¿Por qué?

—Iba al hospital, Ángel.

—¡¿Al hospital?!

—Sí, me hice varios chequeos, por qué no me sentía bien pero el resultado qué arrojaron no me lo esperaba.

Me pongo de pié, me acercó a ella y tomó sus manos mientras la miraba a los ojos.

—¿Cuáles fueron esos resultados?

—Cáncer terminal.

Tras esas palabras me vine abajo completamente, ¿Mi mamá tiene Cáncer?, ¡¿Cáncer terminal?!

—No — Reí nervioso —.Esté tipo de bromas, mamá no es de mí gusto para nada.

—Ángel no es ninguna broma.

Mis ojos comenzaron a derramar lágrimas sin qué pudiera detenerlas, no me podía controlar.

—No — Volví a decir esta vez con voz cortada —.Tú no, no puedes morirte ahora, tú eres lo más preciado qué tengo antes qué mis abuelos y mis tíos, no me puedes dejar solo, mamá no tuve a papá cuando nací, no te quiero perder a ti también.

—Ángelus...— Ella comienza a limpiar las lágrimas de mis ojos—.El viaje qué haré es a Japón, tú abuelo contacto con la familia real de allá y tienen a un vampiro qué puede curarme.

—¿De verdad?

—Sí, pero estaré lejos tres meses, iré con Samantha, Seung y Leonardo — Ella termina de limpiar mis lágrimas y después sonríe —.Por eso, amor, no quiero qué hagas ninguna locura mientras qué yo estoy lejos, por favor prométeme eso, Ángel.

—Sí es para qué te cures, lo haré — Sonreí —.Pero te estaré llamando diario, mamá.

—Sí, estaré esperando tus llamadas ansiosa — Acaricia mí mejilla izquierda —.Me encanta esa sonrisa tuya, es la misma sonrisa de Draco, eres igual de guapo qué él lo era.

—Tenía qué serlo — Reí.

Mamá me abraza y yo correspondi a su abrazo cerrando los ojos.

—Te quiero, Ángel.

—Yo también, mamá te quiero más qué mí propia vida.

[...]

Dos días después

—Por favor, llamen en cuanto aterricen — Le dice la abuela a mamá mientras todos nos encontramos en el aeropuerto de Cluj-Napoca.

—Lo haremos, suegra quédense tranquilos.

—No puedo creer qué voy a conocer Japón — Dice Samantha emocionada —.Dicen qué hay un montón de chicos guapos.

—Hija, no es un viaje por placer recuérdalo — Le dice el abuelo.

—Lo sé.

—No se preocupen, cuidaremos bien de Fanny — Habla Leo.

—Confío en ustedes tres — Hablé.

—No te tienes qué preocupar, sobrino eso ya lo has escuchado — Me dice mí tío Seung —.Tú madre está en buenas manos.

En ese momento todos escuchamos cómo comunicaban qué el vuelo con dirección a Tokio estaba apunto de partir, Leo, Samantha, mamá y Seung tomaron sus maletas y se dirigieron hacia una puerta para comenzar a abordar mientras qué mis abuelos, Caín, Celica y la gran anciana los veíamos irse.

Sí separarnos era lo qué mamá necesitaba para recuperarse, eso iba a pasar todo para qué ella estuviera recuperada completamente, por mí no se tenía qué preocupar, ahora lo más importante era ella.