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—No puede ser que hayamos dejado todo para el último día—. Se lamentó Izuku.

Eso no era tan así, en realidad los chicos habían olvidado que debían acomodar el lugar un día antes e instalar el equipo de música. Pero decirlo sonaba más fácil que hacerlo.

Uno podría creer en la gentil idea de que armar carpas era fácil... No lo era. Llevaban casi una hora intentando traducir el instructivo que venía en Chino. Y mientras no se levantarán las carpas, no podían empezar con el resto de cosas.

—Hey, ¿quieren ayuda con eso?

Un chico de la clase vecina se había ofrecido a ayudar, al parecer era estudiante de intercambio y venia de China, así que dominaba enteramente el idioma.

—Uraraka-San y Kirishima-Kun consiguieron las alas—. Tsuyu mostró su celular con una sonrisa, donde Uraraka le avisaba que ya habían recogido el paquete de alas

—Hagakure, Ojiro, Soji, Mina y Sato están terminando los postres—. Anunció Iida.

El resto de la clase seguía por ahí desperdigados mientras intentaban ignorar el claro hecho de lo inútil que se sentían al no poder levantar dos estúpidas carpas.

Amablemente, algunas otras personas que habían sentido pena les ayudaron a terminar de poner las carpas.

—¡Bien, encargemonos del resto clase!—. Los animó Iida.

Un grupo se concentró únicamente en sillas y mesas, otro ayudó a poner las coloridas decoraciónes, entre todos ayudaron a montar la barra desmontable que habían pedido prestada en la cafetería, mientras que Jirou y Denki se animaron a poner juntos el equipo de sonido.

No había quedado tan indecente.

(Nota: si les cuesta saber de que carpas se hablan, en multimedia hay una foto para que se den una idea)

—Ya no quiero hacer nada—. Izuku se dejó caer y fue atrapado por los brazos de Aoyama que lo atrapó mientras reía

—Resultó ser más cansado de lo que creíamos—. Se lamentó Momo

—Buenas noches.

El Sensei se había asomado dentro de la carpa con una sonrisa, llevaba una caja de cartón en los brazos, pero aún se veía cansado.

—Sensei, no tenía que venir—. Tsuyu se apresuró a tomar la caja de sus brazos

—Esta bien, creí que esos les servirían, es un regalo.

Dentro de la caja había delantales de tela roja con dibujos de corazones dorados.

—Yo los hice—. Se jacto el profesor.

Los alumnos observaron atentamente que los corazones habían sido dibujados a mano con marcador indeleble.

—No tenía que molestarse— Dijo Shoto—. Debería estar descansando

—Si, volveré a mi habitación, solo quería desearles suerte si es que mañana no puedo venir a ayudarlos.

Nadie quería verse cansado para su profesor, así que sonrieron afablemente -incluso quienes no sonreían- para darle una vista tranquila.

...

El ajetreo había iniciado desde temprano, así que Izuku se había tenido que privar de darles a Shoto y Katsuki lo que les había conseguido, no era la gran cosa tampoco, seguro que ellos recibían mejores cosas pero Izuku se había esforzado para hacerlos pasar un buen catorce de febrero.

Cam BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora