La Bruja ⚫Diabolik Lovers ⚫Terminada

|Capitulo 14|

-¡Aquí dentro! ¡Toda una hora!- Exclamo Reiji, y después  cerro la puerta.

Si, los había encerrado en una habitación, con únicamente dos sillas, frente a frente.

Terim se acerco con rapidez a una de las sillas, he intento levantarlo para llevarla a otro lado, pero fue imposible, la silla estaba atornillada al suelo.

-¿Qué mierda le pasa a Reiji?- Murmuro Terim.

-Que es un imbécil obsesivo- La voz tan seria de Ayato la asusto por un momento.

El peli-rojo se sentó en otra silla, y se quedo mirando a Terim vagamente.

La chica tomo asiento, y también miro a Ayato.

-Creo... creo que si tenemos que hablar-Dijo con tono calmado.

-¿De que? ¿De lo divertido que fue ahogarme en sangre?- Pregunto de forma sarcástica y hostil.

-Bueno, imbécil, mira como me dejaste- Movió su cabello y un poco su blusa, dejando ver "Ayato" que ya se veía en costra, que tal vez no dejaría costra, en cambio, el corte mas profundo, iba a quedar para siempre- Creo seriamente que deberíamos llevarnos mejor.

-¿Por?-

-¡Porque Reiji nos querrá matar si seguimos así!- Exclamo.

-Reiji, Reiji, Reiji, ¿Puedes hablar de alguien mas?-

Ella estaba a punto de matar a Ayato, pero recordó las palabras de Yui.

"Todo tuvieron malas infancias, pero Ayato, Raito y Kanato..."

Sabia el pasado de Ayato.

Ayato no era alguien con ms que una mala infancia y aunque Terim defendía lo de "Tu pasado no te define" no podía evitar sentir tristeza por él.

Y ahí estaban, Terim y Ayato, mirándose fijamente.

Terim estiro su mano.

-¿Qué?- Balbuceo Ayato.

-¿No crees que deberíamos llevarnos bien...Ore-sama?- Sintió asco de tener que pronunciarlo.

...

Eso desencadeno una gran ola de sentimientos en Ayato, pero su primera reacción fue inflar su pecho con orgullo.

-Bien- Exclamó estrechando la mano de Terim efusivamente.

Al final, se disculparon mutuamente por las malas acciones. Terim termino con una gran cicatriz y Ayato con una buena nueva amiga.

Aunque en realidad ella no podía perdonar muy bien lo de la cicatriz.

-Llevarse bien con la gente a la que quieres matar es realmente... difícil - Murmuro somnolienta.

Sus ojos se cerraban con pesar, viendo todo borroso y hasta sintiendo todo pensado.

Hasta que todo se volvió en silencio ... por unos cuantos minutos.

Despertó en un bosque, árboles muy altos, mucho pasto, y mucha niebla, y el cielo no se alcanzaba a ver.

Era un ambiente terrorífico, pero Terim siempre tenia algo en mente "La naturaleza siempre estará de tu lado", así que se mantenía valiente...

"Es hora"

"Es hora"

"Mestiza"

"Mestiza"

"Poderosa"

"Catastrófica"

Si, la valentia se esfumo.

¿Qué carajos eran esas voces? ¿Almas del inferno? Mierda ¿Y si se habían enterado de lo mal que hablaba del señor obscuro? ¿Se la llevarían a lo profundo del infierno?

Como dijo Chucky una vez; "La vida es una perra y todos vamos a morir, como cerdos en el matadero".

"No seas imbécil"

"No le servimos"

"Somos mensajeras de la muerte"

-Oh, ¡Mierda! ¿Escuchan mis pensamientos?-

No se escucho una respuesta clara, en cambio, se escucharon vagos murmullos.

"¿En serio la vamos a aceptar?"

"Es su derecho divino"

"Fantástico"

"Hay que ponerla a prueba un tiempo"

-¿De que demonios estamos hablando? Perdón-

"¿Aun no lo notas?" 

"Niña estúpida"

"Eres una Banshee"

-¡Oh mier-

Despertó.

Al despertar, se sentía radiante, confundida, pero radiante.

Era una Banshee, mensajera de la muerte, podría matar a alguien con solo gritar... podría... ¡No! Aun no era una Banshee, apenas estaba siendo evaluada, el problema era... ¿Qué se supone que era evaluado?

"Solo compórtate como la harías todos los días"

Oh, también escuchaba susurros en el mundo terrenal.

Comportarse como lo haría todos los días, pues bien, lo primero seria desayunar.

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