76. El sol de invierno

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23 de enero

-¡Nat, para!-se rió Alba, pataleando, pero la morena no le hizo caso y siguió haciéndole cosquillas mientras esquivaba sus piernas como podía-. ¡Nat!
-Te lo mereces-Natalia también se estaba riendo al escuchar las carcajadas de la pediatra.
-Por favor.
-¿Cómo se pide?
-¡Te lo acabo de pedir por favor!
-No me refiero a eso-la fotógrafa se mordió el labio mientras buscaba a tientas las muñecas de Alba para sujetarlas.
-¡Me tienes aplastada, no puedo darte un beso ahora, Natalia!-se quejó la rubia, haciendo a la más alta estallar en otra carcajada.
-Te quiero.
-Me quieres pero me aplastas y te aprovechas de tu ventaja como persona gigante sobre mí, una persona enana, para torturarme con cosquillas. ¡Y solo porque te he dicho una verdad!
-¡Me has dicho que soy la peor novia del mundo porque tengo un gusto de mierda!
-¡Claro que lo tienes, no te gustan los musicales!
-¿Vamos a empezar otra vez?-amenazó la morena con una ceja en alto.
-Cállate, y suéltame y agáchate un poco que te dé ese puñetero beso-refunfuñó Alba.

Natalia cedió después de volver a reírse, soltó la muñecas de Alba y deshizo la distancia entre ambas. A la rubia ese beso le supo a casa porque Natalia aún se estaba riendo cuando se unieron sus labios.

-Es que lo siento mucho, Nat-dijo Alba cuando la fotógrafa volvió a dejar caer todo su peso a su lado-, pero yo con una persona que odia los musicales no me puedo casar.
-¡Ya te he dicho que ya no los...!-empezó a rechistar la morena, hasta que su cerebro terminó de procesar lo que acababa de escuchar-. ¿Acabas decir que no te puedes casar con una persona que odia los musicales?
-Eso creo, sí-se rió Alba, tapando a ambas con el edredón hasta el cuello de nuevo mientras enredaba las piernas con las de Natalia-. Porque para mí es importante que le gusten los musicales, ¿sabes? Porque...
-Cállate, ¿dices casar... casar de que te gustaría que nos casemos un día?-la rubia no lo dijo pero se sintió orgullosa de que no le hubiera dado ninguna embolia mientras decía aquello, y se aguantó la risa.
-No, porque odias los musicales. Así que no me gustaría.
-¡Que te he dicho mil veces que ya no los odio!
-¿Me estás explicando que ya no los odias para que vuelva a querer casarme contigo?
-¿Quieres casarte conmigo?
-¡¿Me estás preguntando si quiero casarme contigo?! ¡Nat, pero es pronto aún!
-¡Alba!-se rió Natalia, y la rubia con ella.
-Además, ¿qué manera es esta de pedírmelo? ¿No te curras ni una cena romántica?
-Te voy a matar-volvió a reírse, la morena, con desesperación.
-No, lo digo en serio, si te lo hubiera pedido yo me habría currado algo super guay, que no se te olvide nunca.
-¿Cómo qué, a ver?
-Pues... un flashmob en el parque de atracciones.
-¿En el parque de atracciones?
-Claro, nos bajamos de la noria, después de ver toda la ciudad, todo super bonito... Nos bajamos y de pronto empiezo a cantar Marry you de Bruno Mars.
-No se te ocurriría-se le escapó una risa nerviosa a Natalia solo de imaginarse la situación.
-¿Que no? ¡Claro que sí! Pero es que la mitad de la gente serían en realidad bailarines que se me unirían y montaríamos ahí una coreografía de la hostia. Y mientras ellos hacen los coros, cuando esté acabando la canción, yo saco una cajita que llevo todo el día protegiendo con mi vida para que no se caiga en la montaña rusa, y te pido que te cases conmigo.
-Sabes que si haces eso no tendrías a quién pedirle nada porque yo me habría ido corriendo en el momento en el que empezaras a cantar, ¿verdad?-dijo la morena muy seria, y Alba soltó una carcajada, divertida porque la cara de espanto de Natalia era justo la reacción que imaginaba cuando había decidido inventarse todo eso.
-¿Por? ¿No te parece romántico?
-Me parece que te retiraría la palabra, Alba. No solo no te casas sino que no vuelves a verme el pelo en tu vida.
-¿Por?-se rió más la pediatra.
-¡Por pedirme matrimonio en público y con un putito flashmob!-respondió como si fuera obvio, y Alba solo pudo soltar otra carcajada-. Lo digo en serio, te pido por favor, por el bien de mi salud, que si algún día me pides que me case contigo no sea en público. Ni cantando. Por favor. Que yo... si a ti te parece que es romántico yo lo valoro, pero es que yo me moriría, lo pasaría fatal, Alba, que la gente se pone a grabar esas cosas y... Dios, qué horror. O sea, no digo que qué horror la idea, que si a ti te gusta eso pues me parece estupendo, pero es que yo sufriría muchísimo.
-Era coña, cariño-Alba no pudo más al ver que encima intentaba pedirle con delicadeza que no le pidiera matrimonio montando un show, llegado el momento-. Me parecen horribles esas cosas.
-¿De verdad?
-Jurado.
-Ay, dios, menos mal. Estaba a punto de dejarte ya para no llegar al punto en el que me quieras pedir matrimonio montando un flashmob-la morena se sintió tan aliviada que acunó la cara de Alba con una mano y estiró el cuello para darle un beso; y la pediatra notó tanto el alivio en ese beso que empezó a reírse sobre sus labios.





La casa del árbolWhere stories live. Discover now