—Te quedaste pegado al enchufe—. Le recordó Jirou

—Pero funcionó.

Todoroki rodó los ojos, a su lado Sero se levantaba la camisa y se ventilaba el abdomen mientras jimoteaba.

—¡Chicos, ya llegué, y traje helado!

Midoriya entró con una enorme sonrisa, cargando una bolsa blanca de mandado. La clase entera suspiró agradecida y corrieron hacia él como si fuera su salvador.

Shoto no se movió de su lugar, la mirada asesina de Bakugou lo mantuvo quieto e ignorante de lo mucho que quería ese helado.

—¡Shoto-Kun!

La cabeza llena de rizos verdes de Midoriya se asomó tras él por su lado derecho, y aunque Todoroki reaccionó rápido eso lo dejó muy cerca del rostro pecoso del chico.

—Te traje uno especial.

Él joven observó como el barquillo era mitad cereza y mitad vainilla.

—Es bonito, se parece a ti

—Gracias, Midoriya, no tenías que hacerlo.

Desde lo de aquel día, su amistad con el peliverde había flaqueado y vuelto ligeramente incomoda. Y no por qué Midoriya fuera un Cam Boy, si no, por que a Todoroki le daba vergüenza admitir el echo de que jamás se perdía ninguna transmisión de los chicos.

—¿Vamos a jugar videojuegos?—. Le preguntó él chico, esperanzado

—¿Quieres?

—¡Si! Iida-Kun juega muy mal, extraño que juegues conmigo.

Shoto vio de reojo los ojos carmesí observándolo.

—No creo que Bakugou quiera—. Le susurró

—A Kacchan no le importará—. Le prometió Izuku, en voz baja y con una risita.

Y guiado por la tentación de esos coquetos ojos verdes, no pudo decir que no a una partida amistosa de videojuegos en el cuarto del chico pecoso.

...

Llevaban, si dos o tres horas jugando, sería mucho decir. El sol de la tarde caía ya, y entraba a raudal por la ventana abierta del cuarto. Izuku no se consideraba un experto de videojuegos, usualmente siempre le ganaba Jirou y se sentía un perdedor, pero le daba satisfacción que Todoroki fuera peor que él y por ende este siempre perdía.

—¡Gané!—. Se jacto el peliverde.

Todoroki lo observó con una media sonrisa y rodó los ojos mientras negaba ligeramente con la cabeza.

Era tan lindo.

En otras circunstancias, Izuku no habría podido resistir que unas manos como las de Todoroki lo tomarán del rostro y lo besaran con cariño.

Pero, tanto él como Bakugou habían entrado a ese mundo juntos, y no saldrían de el pronto.

Izuku se sentía al borde del acantilado, entre la espada y la pared. Su corazón pertenecía a Bakugou, pero sus suspiros iban dirigidos a Todoroki al igual que la mayoría de sus pensamientos.

Contuvo las ganas de llorar cuando recordó que Todoroki sabía su sucio secreto, aquel que él y su amante habían guardado con tanto recelo del mundo.

—¿Estas bien?

Deku asintió ligeramente mientras se mordía el labio inferior.

—¿Puedo hacerte una pregunta?—. Cuestionó Midoriya

—Uh... Si, supongo que si puedes.

Nervioso, se toqueteo ligeramente el cabello antes de proceder con su cuestionamiento.

—¿Como descubriste lo de Kacchan y yo?—. Su voz se quebró, aunque no había querido

—Eh... Yo... ¿No puede ser otra pregunta?—. Shoto estaba rojo de la vergüenza e intentaba ocultar su rostro de la vista de Midoriya

—Por favor

—Pensaras que soy asqueroso—. Objetó Todoroki

—Yo soy el asqueroso, debes sentirte horrible de ser amigo de alguien como yo—. Las lágrimas le rodaban por las mejillas

—¡No! Midoriya, jamás pensaría algo malo de ti, independientemente de tus acciones tú eres el chico dulce y lindo que siempre hace cosas por el resto, que sonríe e inspira a la clase a dar lo mejor de si— Todoroki se había acercado y lo había abrazado, Izuku escondió su rostro en el pecho del muchacho—. Ninguna cosa que hayas echo frente a esa cámara cambiará mi pensamiento sobre ti.

Midoriya correspondió fuertemente el abrazo, su mayor preocupación lo había abandonado. Realmente Todoroki no lo creía un tipo sucio y horrible.

—Y la cuestión de como los descubrí... Es que yo... Bueno... Veía sus transmisiones—. Confesó Shoto.

Izuku paró sus pensamientos un momento... Shoto lo había visto desnudo. No pudo más que esconder su rostro lleno de vergüenza y contener una risa, atrapada en el pecho del joven.

Se quedaron así unos momentos, abrazados y tranquilos, ajenos del mundo.

Cam BoysWhere stories live. Discover now