27. That'll be the day

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Sadie

Ya era noviembre, y habían pasado tres semanas desde que John prometió que haría todo lo posible por volver pronto a Liverpool.

Me encontraba cuidando de la pequeña Harriet, cuando llega su madre.

- Sadie, ya puedes irte.- dijo- Hoy me haré cargo yo.-

Asentí, y luego de que me diera el dinero por mi jornada de trabajo, me dirigí a Penny Lane, a ver si encontraba alguna cafetería donde pasar el rato mientras esperaba que se hiciera hora de pasar por Paul a su nuevo trabajo.

Aún no lo podía creer, Paul siendo todo un hombre promedio de la clase trabajadora de Liverpool. Siendo sincera no lo veía triste, pero si bastante resignado a la idea de convertirse en algo que no quería ser.

Aunque yo no era quien para juzgar, yo tampoco estaba dedicándome a lo que, había descubierto, era mi pasión.

De repente mientras tomaba del café que había pedido en aquella cafetería a la que entre, vi a John pasar por la calle.

Emocionada, le di golpecitos al ventanal para que me viera.

Él sonrió al verme y entró al lugar.

- Sabía que volverías.- dije feliz.
- Obvio que sí, te lo prometí.- dijo

Se sentó en la mesa en la que yo estaba.

- ¿Y Stu?- cuestioné
- Se quedó en Hamburgo con Astrid.-

Le dediqué una sonrisa ladeada.

- Bueno John, Stu tiene que tomar su camino en la vida y lo sabes.-
- Sí, tienes razón, solo que va a ser raro, no tenerlo cerca.-

Lo miré. Dudé en si darle la mano o no, pero terminé haciéndolo igual, lo quisiera o no John era una de las personas a las que más quería en el mundo.

- Todo estará bien, aunque tienes que ayudarme a que lo esté.- dije

El frunció el ceño.

- ¿A qué te refieres?- preguntó
- Todos te han estado esperando, menos Paul, tomó un trabajo en la fábrica de su padre, y parece que tomó la decisión de no volver a intentarlo con la música.-

John se quedó en silencio por un rato.

- ¿Cuándo lo puedo ver?- preguntó
- En unos minutos sale del trabajo, pasemos por él.- le dije.
- Perfecto.-

Se levantó y dejó unos billetes en la mesa y tomó mi mano, para irnos.

Cuando llegamos a la calle lo detuve un rato.

- John.-

Él me miró. Lo abracé.

- Que bueno que estés de vuelta.-

El me correspondió el abrazo por unos minutos.

- Bueno, vamos.- le dije, y comencé a caminar.

Caminamos en silencio un buen rato hasta que llegamos al lugar. Paul se encontraba afuera, fumando un cigarrillo.

Cuando esos dos se vieron, no pudieron evitar abrazarse. A veces pienso que si ellos dos estuvieran en esta época serían pareja.

- Johnny, tardaste en volver.-
- Pero aquí estoy, he vuelto para que retomemos la banda.-

Paul lo miró incrédulo.

- John, mi padre de verdad espera que siga en este trabajo, no lo permitirá.- dijo - y ni siquiera veo que pueda funcionar, ¿Dónde tocaríamos?, ¿En los mismos bares de siempre?-
- ¿Y si te dijera que puedes tocar en The Cavern?- dije

Paul volteó a mirarme.

- ¿Qué?-

Y ahí estaba, sentada en The Cavern, a punto de ver a mis chicos actuar.

Empezaron con That'll be the day, y lo hacían perfecto.

El lugar se empezó a llenar cada vez más de gente, al punto en el que ya casi no se podía caminar. A la gente realmente les gustó.

Al finalizar aquel concierto fui tras bambalinas a ver a los chicos. Me di con la sorpresa de que atrás habían muchas mujeres y cada uno de mis amigos hablaba con una diferente.

Me fijé en que había una chica que estaba prácticamente lanzándose a los brazos de John.

Le tocó el cabello, él la tomó de la cintura, ella se lanzó a besarlo y John le correspondió.

Y mi corazón se fue al suelo.

- Chicos.- dije en voz bastante alta.

Todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo para verme.

- Gran concierto, el señor McFall, me dijo que quiere un contrato con ustedes, más tarde vayan a ver que onda.- dije muy rápido.

Paul se acercó a mí.

- Sai, ¿te sientes bien?-
- Sí Paul, no te preocupes, solo iré a casa.- dije

El me miró y luego miró a John, quien estaba tonteando con la chica.

- Déjame acompañarte.-
- No Paul, tú ve lo del contrato, es más importante.-

El sonrió y asintió.

- Adiós, muchachos.-

Me despedí y salí rápidamente de ahí.

¿Se acuerdan cuando dije que la traición de Cynthia ya no dolía y que ya no amaba a John de la misma manera?

Pues en parte era verdad, ya no dolía tanto lo que hizo Cynthia, y ya no amaba a John de la misma manera. Pero algo me decía que jamás podría borrar de mí esa pequeña parte que aún lo quería y esperaba que él fuera mío por el resto de la vida.

En parte, John se había convertido en una parte inamovible de mí, y no estaba segura de si aquello me gustaba.

𝘀𝗲𝘅𝘆 𝘀𝗮𝗱𝗶𝗲 ↝ 𝙩𝙝𝙚 𝙗𝙚𝙖𝙩𝙡𝙚𝙨Where stories live. Discover now