26. Sin documentos

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Sadie

Bien, déjenme explicarles una cosa. Yo era menor que George, George había nacido el 25 de febrero de 1943 y yo había nacido el 27 de diciembre de 1943.

Cuando a mi me deportaron, fue porque no tenía un permiso de trabajo, al menos esa fue la única razón que me dieron. Pero a George, quien ya era mayor de edad para ese momento, lo deportaron porque trabajaba cuando tenía 17.

En parte tenía lógica, y por otra no. En fin, lo único que sabía es que ahora estaba esperando a George en el puerto de Liverpool, porque lo habían enviado en barco de vuelta.

Al verlo bajar entre la multitud de gente, corrí a abrazarlo.

- ¡Georgie Boy!- exclamé
- Preciosa, ¿Cómo estás?-
- Todo bien, déjame ayudarte con tu mochila.-

Mientras caminábamos, tuve que preguntarle a George por Ringo.

- ¿Ringo?, la verdad es que he estado tan metido en mis cosas que no estoy seguro, probablemente sigue tocando con los Hurricanes.- respondió George - Pero tú eres su novia, ¿no deberías de saber eso tú?.-

Bajé la mirada

- Debería.- dije- Pero Ringo no me ha escrito, y yo no le puedo mandar cartas porque él no tiene dirección exacta.-

George me miró con un poco de lástima.

- Tranquila Sai, de seguro está ocupado.- dijo

Sabía que esa probablemente no era la razón, porque cuando estuvo en Berlín escribía todas las semanas. Pero antes de pensar cualquier cosa mala, decidí aferrarme a la idea que menos me causaba terror.

De seguro estaba ocupado, sí, eso debía ser.

Ayudé a George a acomodarse de nuevo en su casa mientras su mamá lo consentía y lo trataba como el hijo pródigo.

- Les prepararé algo delicioso de comer.- dijo la mamá de George.

Mientras las hermanas de él iban al patio, la señora decidió preguntarme sobre mi vida.

- ¿Y cómo has estado Sadie?, la última vez que te vi fue cuando...-
- Cuando mi padre murió.- complementé

Ella me miró con pena.

- Si...- dijo
- Han ido bien, por suerte, pude ahorrar mucho dinero mientras estuve en Hamburgo.-

Ella sonrió y me dio una mirada cálida.

Después de comer en la casa de los Harrison me dirigí a mi casa, o más bien a la casa McCartney.

Los días pasaban y nada nuevo ocurría, George se había instalado ya, y yo estaba trabajando como niñera de la hija del jefe de Mike.

Un día llegué a casa después de un largo día de trabajo, y me encontré con una inesperada sorpresa.

- ¡Paul!- grité al ver a mi amigo
- ¡Sai!- dijo de vuelta.

Corrí a abrazarlo.

- ¿Qué haces aquí?, ¿Qué ocurrió?- pregunté
- Resulta que Bruno Koschmider se enteró de que tocábamos en el Top Ten, así que nos cortó la luz de la habitación.- dijo - Con Pete decidimos que sería una buena idea encender un condón para poder ver, y bueno, hicimos un pequeño incendio en la pared, el cual exringuimos inmediatamente, pero, ¿sabías que eso se llama incendio premeditado y te pueden deportar por ello?-

Me reí

- La verdad es que no.-
- Nosotros tampoco, pero esa es la razón.-

Paul se dirigió a la cocina y yo lo seguí.

- Tengo muchas preguntas.-
- Hazlas.-
- Primero, y no tan difícil de responder, ¿Dónde están Jim y Mike?-
- Papá está en la fábrica aún supongo, y Mike debe estar trabajando, aún no entiendo cómo siendo tan pequeño simplemente le dieron un trabajo.-

Me reí

- Simplemente pone discos en una repisa Paul, no es para tanto.-
- Lo sé, bueno, ¿Cuáles eran tus otras preguntas?-
- ¿John y Stuart volvieron?-

Paul hizo una mueca.

- No, Stuart y John dicen que se quedaran un tiempo más para ver si logran que alguien más nos represente.- dijo
- ¿Qué alguien más los represente?-
- Sí, Allan nos dijo que no podía seguir trabajando con nosotros.-

La verdad, aquello me dio tristeza. A veces sentía que estaba en piloto automático y que no me daba cuenta de que los chicos en realidad no parecían tener mucho futuro con la banda en los primeros días, sobre todo en esos momentos. Si no tenían representante no iban a llegar muy lejos.

- Lo siento mucho Paulie.-

Lo abracé.

- ¿Qué harás ahora?-
- Papá me dijo que debo de dejar de intentar con la música.-

Miré con pena a Paul.

- ¿Le harás caso?-
- ¿Qué puedo hacer Sai?, vivo bajo su techo.-
- Lo sé.-

Me senté en la mesa de la cocina, y Paul imito mi acción. Tomó mi mano a través de la mesa y sonrió.

- Tomaré un trabajo que me están ofreciendo en la fabrica de mi padre.-

Le di una sonrisa ladeada.

- Espero que John vuelva pronto y te haga cambiar de parecer.-
- Es John, Sai, dudo que lo haga.-

Decidí cambiar de tema

- ¿Qué hay de Ringo?, no he podido escribirle y el tampoco me ha escrito a mi.- dije
- Tranquila Sai, Ringo está terminando la temporada con los Hurricanes y volverá en enero-

Sabía que eso era lo que me había prometido, pero el temita de que no se comunicara conmigo me hacía querer preguntarle a todo el mundo si sabían algo de él.

- Bueno, esperaré a que escriba, para saber cómo está.-

Esa noche, después de la cena decidí llamar a John, supuse que estaría en la casa de Astrid.

- ¿John?-
- Hola Sai, ¿Por qué me llamas?, ¿Ha pasado algo?-
- No... o bueno sí.-
- Sai, sé clara.-
- John, deben volver lo antes posible, Paul está a punto de rendirse con la música, debes de impedir que eso pase.-
- Sai...-
- No, John, escucha, vi un anuncio que decía que The Cavern necesita nuevas bandas, si vienes aquí puede que logren tocar.-
- ¿The Cavern querría una banda como nosotros?, pensé que sólo tocaban Jazz en ese lugar.-
- Puedes intentarlo.-

Solo se escuchó silencio.

- Necesito unas semanas más, debo convencer a Stu, quiere quedarse aquí con Astrid.-

Suspiré.

- John, sabes que Stu nunca estuvo cómodo estando en la banda, déjalo tomar su propio rumbo.-
- No Sai, él de verdad debe volver a Liverpool, no lo entiendes.-

Volví a suspirar, John Lennon es un caso perdido.

- Ok, pero apúrate, no pueden ser más de dos semanas, si no meterás a todo el mundo en un problema.-
- Ok.-

Corté la llamada, y solo esperé a que ojalá John cumpla su promesa, al menos esta vez.

𝘀𝗲𝘅𝘆 𝘀𝗮𝗱𝗶𝗲 ↝ 𝙩𝙝𝙚 𝙗𝙚𝙖𝙩𝙡𝙚𝙨Where stories live. Discover now