"Acaso me estabas mintiendo?"

"No Rey, digo la verdad."

"Solo que si me permitas bañarme sola me dice que confías en mi."

"Por eso me alegré."

Rey me mira,yo trato de buscar en sus ojos algo que me diga que si me cree.

Rey dibuja una leve sonrisa en su rostro y siento un alivio porque su semblante está más relajado.

"Está bien, puedes bañarte tu sola."

"Tienes razón confío en ti porque es tu cumpleaños."

"Pero quiero que te laves bien el cabello porque quiero pasar mis dedos por el y sentirlo suave, comprendes?"

"Si Rey."

Cierra la puerta y me da un poco de libertad para poder bañarme, cosa que hago en la tina, porque este es mi día.

No tengo idea si será mi último día de vida.

Si ese fuera el caso, estaría agradecida de que terminara mi tortura lenta y mi agonía porque solo estoy existiendo sin ningún propósito.

Aunque Rey diga que si tengo uno, que solo Él lo sabe.

Me apresuro a secarme y vestirme con la ropa que tengo en la silla esperándome.

Mi orden es el siguiente, faja, ropa interior, vestido blanco...

Mis dedos se deleitan en la tela de este vestido corto porque es increíblemente suave.

Tiene unos toques de encaje en las orillas.

Rey toca la puerta para que me de prisa y salgo casi inmediatamente cepillándome el cabello.

Rey me quita el cepillo de las manos,  me voltea para que le de la espalda y pueda cepillarme el cabello.

Rey tiene una obsesión con el cabello o con mi cabello en particular.

"Hueles divino, pero pronto necesitarás una ducha más..."

No entiendo a que se refiere, pero cuando me dirige a su habitación creo que comprendo al instante.

Quiere tener sexo conmigo en mi cumpleaños.

Por eso me dijo antes que sería una celebración que ambos disfrutaríamos.

Rey cierra la persiana de su ventana y poca luz solar se filtra para iluminarnos.

Rey cierra la puerta de la habitación.

Me quedo completamente quieta en medio de su habitación solo esperando...imaginando que es lo que pasara después.

En silencio completamente petrificada contemplo su enorme cama con un edredón azul que me parece muy suave.

Debajo de mis pies una alfombra café mullida se extiende a toda la habitación.

No tiene muchas cosas, pero lo que más resalta es la enorme pantalla que tiene en una pared y casi la abarca por completo.

"Sientate en la cama princesa, dame un segundo para poder ponerme comodo."

Hago lo que me dice.

Me siento con mi manos en mis piernas mientras que lo miro entrar a su vestidor y desaparecer dentro.

Cuando sale lleva solo una camisa blanca sin mangas y unos shorts deportivos.

Esa escasa ropa me deja ver su cuerpo marcado y duro.

Tal como lo había pensado y en algunas ocasiones sentí también por accidente.

"Esperé mucho tiempo para poder estar de este modo contigo princesa."

Dulce JuguetitoWhere stories live. Discover now