© CAPÍTULO CUATRO.

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El grupo de amigos recorrían las oficinas de los ganadores

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El grupo de amigos recorrían las oficinas de los ganadores. Estaban emocionados y eso se notaba a simple vista. Saludaban a todos los que pasaban y se hacían amigos de los nuevos, era algo común en ellos el hacer amistades a donde sea que vayan.

Su oficina se encontraba en medio de la de In-jae y SamSan Tech, así que no dudaron en correr dentro de ellas.

—¡Hola!—Saluda Eunbi entrando a la oficina de In-jae y dejando unos cuantos cafés en la mesa más cercana.— Soy Kang Eunbi, queríamos venir a saludar, es bueno hacer un par de amigos.

La sonrisa de la chica nunca desapareció y eso pareció darles más confianza a todos. Charlaron un rato hasta que decidieron ir a la siguiente oficina.

—¡Hasta luego, buena suerte!—exclamaron todos al mismo tiempo, agitaron sus manos y salieron. Eso le resultó gracioso a In-jae.

—Siguiente parada: SamSan Tech.— La voz de Nan-do se oye en voz muy baja, así que la peliazul puso su mejor sonrisa y tocó la puerta tres veces.

—¿uh? pasé.

Los cinco entraron a la oficina y sonrieron. La mayoría los miraba seriamente pero eso no quitó las agradables sonrisas de sus rostros.

—So-rim. — hablo la directora de Gio Lab y la menor le pasó dos vasos de café, los cuales les extendió a Dal-mi y Do-san.— Queríamos conocer a todos, ya saben, nos tendremos que ver todos los días.

La mirada de la señorita Seo fulminaba a la de pelo corto, ambos amigos hombres de ella la tomaron por los hombros y colocaron detrás de ellos, la menor se sentía intimidada.

—Señorita Seo.— hablo Eunbi pasando su mano frente a la cara de la antes nombrada para que dejara de mirar así a su amiga.— Creo que debemos tener una mejor presentación, Soy Kang Eunbi, directora ejecutiva de Gio Lab Company, anteriormente directora de SamSan Tech.— sonrió extendiendo su mano hacia la mujer, la cual seguía mirando mal a todo el equipo.

—¿Cómo se atreven a estar aquí? nos robaron la idea.— susurra Chul-san.

—Sí, gracias a nosotros ganaron.— Yong-san se une para hablar mal de la empresa frente a ellos, la peliazul escucho todo por lo que volteó su cara y se preparó para defender a sus amigos.

—¿Mhm? Lo siento si creen que gracias a ustedes ganamos. Si bien, tomamos su idea, nosotros teníamos una mucho mejor antes, queríamos algo de competencia de la buena, solo. . .pensamos que sería más divertido. — explicó hacia los cinco y soltó un suspiro.— Igualmente, ya sabemos quién la realizó mejor.

Fue lo último que dijo, ya que después todos abandonaron la oficina de los San's con la cabeza en alto.
















(...)

















—Directora de Gio Lab Company, por favor pasé.— la fundadora de Sand Box habló y espero con paciencia a que pasará la peliazul.

Cuando entro, miro a los que posiblemente serían sus mentores, reconoció al señor Han entre ellos, por lo que sonrió y se sentó frente a todos.

Escaneo a cada uno de los presentes, en especial a un tal Alex, el cual parecía más emocionado al tenerla frente a él.

Cada uno comenzó a hablar de todo lo bueno en lo que podrían ayudar a su empresa, exepto la fundara de Sand Box, ya que ella ya estaba de mentora con otro equipo.

La menor pensó un momento, medito las palabras de cada uno. Los miro por última vez y habló.

—Creo que he tomado una decisión y espero que sea la correcta.—suspiró.—Por favor sea nuestro mentor Alex Kwon.

El nombrado sonrió y aplaudió emocionado. Tenía a la mayor desarrolladora y antigua directora de SamSan Tech de su lado, ahora solo faltaban los otros tres chicos.

La menor se levantó de la silla, hizo una reverencia y salió de ahí. Afuera se encontraba Seo Dal-mi. La miro y después siguió su camino.

—¿Y bien? ¿Quién será nuestro mentor?— pregunto Ji-woo, todos estaban reunidos en su nueva oficina, hablando de cualquier tema que se les ocurriera.

—Es Alex Kwon de 2STO.

Hablo con entusiasmo en su voz y todos gritaron de emoción, estaban de lo más felices, sin duda alguna.

—Ahora, debemos discutir sobre las acciones. — hablo Eunbi con voz imponente, al mismo tiempo entro su mentor, todos hicieron una reverencia y se sentaron a discutir sobre las acciones.

—La Directora debe tener gran parte de ellas, es el miembro clave, si alguno de ustedes decide conspirar contra todos, no podrá hacer mucho, ya que en sí; la mayoría de las acciones serán controladas por su agradable directora.— explicó el mayor mirando a los presentes, todos asintieron y miraron a la de pelo azul.

—¿Cuánto es el porcentaje que debo tener?— preguntó la antes nombrada.

—Al menos sesenta pero creo que un ochenta porciento es lo mejor.

—¡Señora Choi, vine como se lo prometí!— exclamó Eunbi mientras corría hacia la señora mayor, había llevado a sus amigos por unas de esas deliciosas banderillas.

—¡Eunbi! Que bueno que ya están aquí, estaba por cerrar.

La señora Choi era de lo más agradable, siempre conseguía que la peliazul sonriera, podría decirse que aunque llevaban poco tiempo de conocerse, ambas se hicieron cercanas.

Todos disfrutaban las ricas banderillas de la mayor, hasta que se tuvieron que ir, dejando a Eunbi y a la Señora Choi. Ambas recogían todo para así poder irse a sus hogares, Eunbi ayudaba a cerrar el carrito cuando escucho una voz masculina a sus espaldas.

—¡Señora Choi!— exclamó llegando a dónde estaban ambas mujeres.

—¡Buen chico! Hasta que vienes, creí que te había pasado algo.— hablo la mayor con enojo fingido, golpeó la cabeza del hombre y río. —oh, ella es Eunbi. Es una cliente frecuente y me ayuda en mucho.— los presentó empujando suavemente la espalda de la chica para se hablará con Ji-pyeong.— estoy pensando en contratarla como mi ayudante.— susurra hacia su buen chico.

—Señor Han, me da gusto verlo.
















(...)


















—Gracias por acompañarme, no tenías que molestarte. — Eunbi rio con pena mientras caminaban a paso lento.

—Es lo menos que puedo hacer, la Señora Choi me contó que la has ayudado en mucho, es una forma de agradecerte.— el hombre sonrió hacia la chica.

— Creo que el destino quiere que seamos amigos.— habló deteniendo su paso, Ji-pyeong la miro confundido por lo que siguió hablando.— Nos hemos encontrado tres veces, la primera fue casualidad, la segunda coincidencia y la tercera fue obra del destino.— asintió y el contrario rio.

—Yo no creo en esas cosas, aunque si podríamos ser amigos.

𝐌ASTER𝐌IND.  ❬ han ji-pyeong ❭ Where stories live. Discover now