Parte Siete.

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Los días pasaron más lento de lo usual y con ello las semanas, cada hora que pasaba era un martirio para ambos chicos. Los sentimientos no expresados comenzaron a cobrar fractura y aquello llevaba a los malos entendidos. Si bien, seguían hablando ahora era notorio para todos que ambos chicos se estaban evitando.

Kenma se dejó caer en su cama, levantó levemente su cabeza y miró a Akaashi.

— ¿Qué hago? —cuestiono.

— Decirle la verdad.

Kenma rodó por su cama y suspiró, antes de tomar asiento y encarar a su acompañante.

— No puedo hacerlo, eso significa que tengo que confesar que disfruté demasiado ese beso al igual que tendría que decirle que tengo sentimientos hacia él.

— ¿Y qué es lo que te aterra?

— No ser correspondido —bufó—. Que después de eso todo lo que tenemos desaparezca así... de repente.

El celular de Keiji comenzó a sonar, indicando que un mensaje había llegado.

— Es Bokuto-san —anunció—. Ya están abajo, nos están esperando.

Kenma asintió y se levantó de mala gana de su cama, agarró sus pertenencias y se dirigió a la puerta; esperó a que Akaashi estuviera listo. El día de hoy todos se reunirían ya que, por idea de Tetsurō y Kōtarō organizarán una fiesta para este fin de semana, la cual se llevará a cabo en casa de Hinata.

— No puedo creer que hayan convencido a Shōyō de hacer una fiesta en su casa. —murmuró Kenma al salir de la habitación.

Keiji asintió a su lado. — Dijeron que era una pequeña reunión, ya sabemos en qué resultará aquello.

Bajaron las escaleras y antes de salir del edificio Akaashi tomó el brazo de Kenma.

— Sé que es difícil para ti aceptar tus sentimientos frente a Hinata, pero ¿Qué pasa si él siente lo mismo que tú? ¿Nunca te has preguntado eso?

Kenma estuvo a punto de contestar, sin embargo fue interrumpido.

— No es necesario que me expliques una vez más que él no dijo nada al respecto aquel día del beso pero seamos sinceros, no lo dejaste hablar —suspiró—. Únicamente llegaste y mencionaste que ese beso fue un error.

Akaashi abrió la puerta del edificio y antes de salir le regaló una sonrisa amable a Kenma.

— Solo digo que... deberías de escuchar lo que él siente.

Dicho eso, ambos chicos salieron de aquel edificio, subieron a la camioneta del padre de Kuroo y saludaron a los presentes.

— ¿Pasaremos por Hinata y Kageyama? —preguntó Akaashi.

Tetsurō asintió y dió una mirada nerviosa a Kenma. — ¿No te molesta?

Al recibir la mirada confundida de Kenma, sonrió nervioso.

— Ya sabes, últimamente el ambiente entre ustedes es un poco... tenso.

Bokuto asintió, ocasionando que el rostro de Kenma se tiñera de color rojo. Akaashi pateó el asiento de Tetsurō y golpeó el hombre de Kōtarō indicando que no tocaran el tema.

— Solo han sido días malos, ya todo está bien.

Nadie dijo más al respecto en todo el camino, al llegar al hogar de Hinata. Tocaron el claxon y unos minutos después ambos chicos salieron de la casa. Saludaron a cada uno y tomaron asiento, en el mismo orden que el viaje a la playa. Ambos chicos evitándose.

Take my breath away.  |KenHina|Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum