Sin importar los riesgos que implicaba bajar a la tierra para ofrecerle compañía y que sus sentimientos crezcan en contra de todo.
Era algo que valía la pena pasar.
Y mientras pueda escuchar su voz junto a la lira, no había de que preocuparse.
♡ #6...
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¿Qué era lo que podía sentir Roseanne al volver al cielo?
Percibía otro ambiente, algo que nunca pensó que sentiría mientras ella estuviera allí, pero lo está.
Mientras caminaba entre los ángeles, se sentía como una especie de intruso, que está a solo minutos de ocurra algo grande en el cielo.
Valentía, eso sentía.
Una valentía que no todos tenían y con ver el rostro de algunos, solo se veía cansancio, queriendo ser como aquellos que estaba bien con lo que hacían y creían.
Era tanta esa sensación cubriendo su pecho, que sus lágrimas no podían aguantarse.
Se paró unos minutos con tal de calmar su cabeza y sentimientos, necesitaba claridad.
Sin embargo, se asustó al sentir como alguien la tomó del brazo y la llevó rápidamente a una pequeña cabaña que quedaba cerca.
— ¿Pero qué te pasa? — SeungWan le tapó la boca a la rubia, quien estaba más extrañada y desesperada.
Estuvieron unos segundos así, hasta que se escuchó la llegada de los querubines.
—Llegas tarde, los ángeles ya llegaron, tienes que ir con SeulGi, te está esperando atrás.
La rubia quitó la mano de SeungWan de su boca, manteniendo su ceño fruncido.
—Pudiste llamarme, no así, Dios santo, casi me matas del susto, pero dejando esto a un lado, ¿Cómo que llegaron los querubines? ¿Por qué empezaron sin mi?
La chica rodó los ojos.
—SeulGi te explica, ahora ve, yo tengo cosas que hacer.
Wan le dio unos cuantos empujones a Roseanne, quien estaba a nada de perder la paciencia y la prudencia.
Una vez salió del lugar, la chica de ojos rasgados espera sentada en uno de los bancos.
—Ya llegaste rubia, pensé que no vendrías.
— ¿Me puedes decir que carajos está pasando?
—Te lo diré mientras hacemos las cosas.
Ambas ángeles volaron hasta el lugar donde los querubines estaban reunidos, se colocaron sobre la multitud, viendo y escuchando todo lo que tenían que decir.
— ¿Ahora sí me dirás?
—JiSoo entró a la zona de serafines para traer a los ángeles que reunió SeungWan, yo dejé la nota en el palacio de los querubines y están aquí.
— ¿Diste mucho detalle?
—No, pero en cualquier momento sabrán que fui yo y me querrán hacer preguntas, si no es así, es momento de que actúes, mientras tanto, sabremos que es lo que harán, esos chicos. — Señaló a uno rubio, otro pelirrojo y por último uno de pelo morado. —Nos dirán y facilitarán muchas cosas.
