Capítulo 23: La herida

12K 767 15
                                    

Capítulo 23: La herida

Azael esperó sin mucha paciencia a que le dieran el acceso a la oficina de la fiscal. Los hombres que custodiaban se veían considerablemente incómodos por las miradas de ira que Azael les estaba dando.

Finalmente la puerta se abrió y la fiscal salió a su encuentro.

—Azael ha pasado tiempo— a Azael le molestó la forma informal en que la alta mujer de piel apiñonada y un perfecto y elaborado peinado alto lo recibió. Pero considerando que lo conocía desde que Azael era un niño no le sorprendió solo que ahora quien estaba en la posición de poder ya no era ella.

—Señora fiscal— fue todo lo que Azael respondió como saludo.

La mujer entendió rápidamente que él no iba a perder el tiempo con cortesías y ambos entraron a su oficina.

...

Nicol tuvo que agarrarse varias veces del asiento para no golpearse contra la ventana del auto con los gritos bruscos que el hombre junto a ella daba, lo escuchó maldecir varias veces cuando algún auto se detuvo o iba demasiado lento frente a ellos.

No es que ella lo culpara, podría ver perfectamente claro la preocupación en su rostro, Nicol misma había intentado llamar a Ada varias veces a través del número de teléfono que ella misma le había proporcionado después de dejarla en su departamento en la mañana de navidad pero tampoco le respondió a ella.

La cabeza de Nicol golpeó inevitablemente con el cristal del conductor cuando el auto dio otro giro brusco y mientras intentaba rebasar a un autobús.

Pero el hombre junto a ella apenas pareció notarlo, en su mente solo parecía haber lugar para un nombre.

Ada.

Nicol llevaba preguntándose desde el día en que la conoció si no había algo extraño en su relación, la forma en que se miraban y las sonrisas de anhelo.

— ¿Puedes preguntar en este hospital?, iré al siguiente.

Nicol pensó por un momento solo bajarse y hacerlo pero una pregunta la estaba carcomiendo hacía rato.

—¿Por qué estamos buscándola en hospitales?

Él la miró con incomodidad como si no fuese un tema con el que estuviera cómodo hablar, pero más que eso parecía que era un tema que simplemente lo enfurecia. Lo notó por la forma en que se le oscureció la mirada al escucharla.

Él se quedó callado un buen tiempo y Nicol pensó que no le contestaría pero después de un tiempo contestó.

—Si la encuentras te lo diré.

Nicol sabía que se había pasado de su hora de comida cuando pasó una hora y no dieron con ella. Habían revisado más de siete hospitales y delegaciones pero nadie tenía una idea de donde estaba.

La paciencia del chofer de Ada parecía extinguirse a cada segundo que pasaba. Nicol podía ver como cada vez era menos amable y más agresivo, su apariencia y presencia intimidante acompañado con los visibles tatuajes y el cubre bocas oscuro tampoco ayudaba, así que llegó un punto en el que Nicol era la única que entraba a preguntar en los hospitales después de que a él le negaran la entrada cuando estuvo a punto de golpear a un guardia de seguridad y a un enfermero cuando estos no parecían muy interesados en ayudar.

A Nicol le sorprendió la rapidez con que había tomado del cuello a uno de ellos, un movimiento ágil y el guardia de seguridad que había extraído su arma solo un poco, como una especie de amenaza ante su insistencia por ver las cámaras del hospital, había terminado desarmado en dos segundos.

Una esposa para el CEO | Disponible en físicoWaar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu