𓏲 ࣪𓈒⋆ two.ㅤ

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el sonido de una maceta de barro rompiéndose en tres pedazos captó la atención de las dos personas, al ver de qué se trataba vieron a un pequeño niño a su lado, quien se mantenía estático por el futuro regaño que creía obtener. aquel pequeño rubio era hijo de la dueña del lugar, muchas veces sucedían cosas como esa en su presencia.

—¡taylor, atiende al muchacho que está en el mostrador por mí! —llamó a una de las empleadas del lugar.

entonces paul divisó a aquella chica que conoció un mes atras, le sonrió amablemente pero ella no lo reconocía por la distancia. entrecerró los ojos intentando reconocer el rostro del chico –sus ojos azules no gozaban de una vista perfecta–, al estar cerca de él al fin lo reconoció.

—¿comprando rosas? —dijo al entrar del otro lado del mostrador. el pelinegro se encogió de hombros aún sonriendo— ¿alguna enamorada o algo así? —intentaba hacer un ambiente cómodo.

había olvidado por completo qué día era, pero no causó molestia por parte del menor.

—no exactamente —ahora la observaba quitar las espinas de las rosas torpemente—. no te pinches, no quiero mis rosas empapadas en sangre —bromeó.

—muchas gracias por preocuparte, pequeño paul —reía.

después de un par de minutos dio por terminado el proceso, envolvió el ramo en un papel transparente y las ató con un listón color negro. la chica sacó un pequeño papel y un bolígrafo de tinta negra.

—¿quieres que escriba una nota? —lo veía fijamente, allí el menor logró apreciar por primera vez el hermoso color de sus bellos ojos.

—c-claro —parpadeó varias veces seguidas y desvió su mirada para pensar un poco—. “nunca dejaré de quererte” —soltó con timidez.

—qué lindo —escribía lo que paul había dicho—. son diez libras —le entregó el ramo.

él pagó con el dinero que llevaba, se habría retirado del lugar de no ser por una pregunta que llegó repentinamente a su cabeza.

—¿qué edad tienes? —juntó sus cejas.

—dieciséis —dijo simplemente mientras guardaba el dinero.

—eres mayor que yo —inclinó su cabeza a un lado—, luces de mi edad... ¿por qué trabajas?

—necesito dinero para pagar mis propias cosas, mi padre paga mis estudios pero se la pasa fuera del hogar todo el día casi toda la semana y parece que se olvida de sus hijos.

—¿tienes hermanos?

—¿qué es esto? ¿un cuestionario? —bromeó— sí, tengo un hermano mayor... no he sabido nada de él en días, pero a veces regresa a casa para ver cómo estoy.

—entonces vives sola —concluyó y analizó un poco la situación—, ¿no te aburres?

—bastante, pero me la paso escuchando la radio, no me quejo.

—yo también me aburro en casa, sería buena idea salir un día de estos ¿no crees?  —invitó amigablemente.

—¿por qué no ahora? —sonrió.

—estás trabajando... espera ¿quieres fugarte? —preguntó sorprendido.

—no, inteligente; mi turno terminó y ahí viene joe, trabaja después de mí.

el chico miró hacia la puerta de cristal y vio a un muchacho castaño aproximarse, usaba el uniforme del lugar al igual que love, el cual consistía en una camisa celeste a botones con el nombre del lugar bordado y unos pantalones negros.

—vamos, elvis —lo llamó así por su peinado.

ambos salieron del lugar, love se despidió de su jefa y de los empleados. la calle daba una fresca brisa por la estación en la que se encontraban.

—debí traer un abrigo —dijo paul al sentir un escalofrío que el viento le otorgó.

—¿a dónde quieres ir?

—primero debo entregar esto —señaló el ramo.

—es cierto... ¿dónde entregarás las flores?

—en el cementerio.

la sonrisa de love desapareció.

la sonrisa de love desapareció

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love ♡ paul mccartneyWhere stories live. Discover now