Capítulo 9

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ADVERTENCIA: Este capítulo tiene algunas escenas un poco subidas de tono. No llega a ser lemmon, pero si algunas partes que, como ya he dicho, son un poco subidas de tono. Aunque nadie vaya a hacer caso a este pequeño aviso, debo ponerlo para que el público que lea esto sea consciente de lo que se va a encontrar.

Cuando terminasteis de recoger y limpiar, tu madre tuvo que irse al trabajo, por lo que os quedasteis solos en casa. Tsukishima y tú subisteis las escaleras para ir a tú habitación. Una vez allí, os acurrucasteis juntos en la cama con una manta para ver una película en la televisión que se encontraba en tú cuarto.

Tú te encontrabas recostada en el pecho del rubio, mientras este tenía una de sus manos al rededor de tu cintura y, con la otra, repartía suaves caricias sobre tu cabello.

Cuando la película iba por la mitad de su curso, sentiste una sensación, con la cual no pudiste evitar estremecerte. Sentiste los labios de Tsukishima repartiendo dulces besos sobre tu cuello, lo que hizo que te sonrojaras notoriamente.

Giraste tu cabeza para mirar al rubio, el cual tenía una sonrisa pícara en su rostro, acompañada de una mirada provocativa y seductora. No pudiste resistirte más y atacaste sus labios con los tuyos, a lo que el rubio respondió sin ninguna queja, comenzando así una batalla liderada por vuestras lenguas, para ver de esta manera quien lograba tomar el control.

Finalmente, el control fue tomado por Tsukishima y, aunque no lo fueras a admitir, era lo que realmente querías. Antes de que te dieras cuenta, Kei hizo que te tumbases, quedando así él encima de ti. Al separaros (a causa del oxígeno) os mantuvisteis unos segundos mirandos el uno al otro, esperando a que vuestras agitadas respiraciones recobrasen su ritmo habitual. Cuando estas lo hicieron, Tsukishima atacó nuevamente tu cuello, provocando que varios gemidos provenientes de tu boca se escucharan por toda la habitación.

Sin que te diera tiempo a reaccionar, Kei se deshizo de tu camiseta y, seguidamente, hizo lo mismo con la suya. En cuanto él hizo esto, pasaste tus manos por su trabajado abdomen casi sin darte cuenta, lo que provocó que te sonrojaras y una risa pícara procedente del rubio se lograse escuchar. Tras esto, apartaste tu mirada e hiciste un intento en vano de apartar al rubio, a lo que él te dijo:

-"No vamos a dejar esto así- Prosiguió- tú me has encendido, ahora tendrás que hacerte cargo de apagarme.

-"Eres un maldito pervertido" Dijiste, para darle así otro intenso beso.

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-"Me duele todo por tu culpa" Hiciste un puchero de manera infantil. La noche anterior Tsukishima se había excedido un poco contigo para ser vuestra primera vez. Es verdad que puede parecer una persona tranquila, relajada, independiente y, en cierta parte, respetuosa, pero, cuando estaba a solas contigo, se transformaba totalmente, comportándose así de manera pervertida.

-"Fue tu culpa por imitar mis acciones" Reclamó Kei con una nueva expresión indiferente. "Aunque, si tanto te duele, puedo ayudarte a que te vistas" Sugirió.

-"No es mala idea. Ayúdame" Respondiste de manera natural.

Pudiste apreciar como, a pesar de que fue muy levemente, Tsukishima se sonrojó por tu repentina respuesta. Te encantaba cuando el rubio entraba en su modo vergonzoso y tímido, te resultaba realmente bonito y gracioso.

Viste como tu novio se acercó al armario y cogió tu uniforme para ir al Instituto. Después se acercó a ti y te dijo que extendieses los brazos, para así poder ponerte la camisa y la chaqueta, y así lo hizo con el resto de prendas.

Al terminar, ibas a ponerte en pie para comenzar a caminar al primer piso para desayunar a pesar del dolor, pero, antes de que pudieras hacerlo, Tsukishima te cargó al estilo princesa, haciendo que tu cara se tiñera de un color rosado y, que te cubrieras la cara con tus manos para que el rubio no te viera en ese estado. La respuesta por su parte fue darte un suave beso en la cabeza, lo cual, para ser sinceros, no te esperabas.

Apartaste las manos de tu rostro y, en su lugar, las colocaste al rededor del cuello de tu novio para así darle un tierno abrazo y decirle:

-"Te amo" Esto era algo que nunca le habías dicho, pero creíste que este era el momento indicado para dichas palabras.

"Yo también" Respondió Kei.

Cuando os mirasteis el uno al otro, pudisteis notar que ambos estabais completamente rojos y, por esa razón, comenzasteis a reiros.

Cuando ya estabais abajo, Kei comenzó a preparar un simple desayuno; tostadas y café.

Te quedaste mirando como se dirigía de un lado a otro de la cocina, mientras pensabas en lo atento que podía llegar a ser el rubio. No podías estar más agradecida con el mundo por haberte entregado a Tsukishima Kei como pareja.

Estabas inmersa en tus pensamientos cuando escuchaste un:

-"(T/N), el desayuno" Lo que hizo que una sonrisa creciera en tu rostro. Tenías bastante hambre, pero el hecho de que la comida esté hecha por tu chico te hacía feliz. En realidad, todo lo relacionado con Tsukishima te hacía feliz, siempre y cuando lo que suceda sea algo positivo.

Te sentaste en uno de los asientos libres de la mesa y comenzaste a comer. Aunque el desayuno no fuese algo de otro mundo, le dijiste al rubio que la comida estaba buena, y le diste las gracias por ser tan atento contigo.

Después de terminaros el desayuno, fuisteis al baño a lavaros los dientes y, para ello, le diste un cepillo de dientes nuevo a Tsukishima.

Al terminar todo lo que teníais que hacer, comenzasteis el recorrido que os llevaría al sitio en el cual no os apetecía estar; el Instituto. Lo único bueno de ir es que ibais a ver a Alba y a Yamaguchi, pero aún así prefieres poder quedarte tranquilamente en tu casa, haciendo lo que quieres.

Al llegar, ibais a acercaros hacia el lugar en el que se encontraban los otros dos miembros de vuestro grupo de amigos, pero, en lugar de eso, pudiste sentir como Tsukishima tiraba de la manga de tu sudadera hacia el lugar opuesto al que deberíais ir.

Stay With Me [Tsukishima Kei x lectora]Where stories live. Discover now