¿𝐿𝑎𝑠 𝑐𝑎𝑟𝑟𝑒𝑟𝑎𝑠 𝑜 𝙰 𝙼𝙸? ||𝙱𝙻||

Capítulo 9.

Pov Young Soo:

Tranquilamente camino hacia el colegio sin Pablo, ya que salió temprano para ir hacia la biblioteca, típico nerd que podría sacar ventajas para futuros trabajos y no me juzgue por que apuesto que ustedes también pedían que hagan sus trabajos al nerd de la clase o que lo ayuden.

Levanto una ceja al ver que me llega un mensaje de mi número que uso para trabajar. Sería estúpido que dejara mi número personal a desconocidos que quieren algo de mis productos. Trabajo como vendedor en las calles pero no como los demás, sino lo que vendo son productos ilegales de nuestro país, como zapatillas, ropa o algo electrónico que no están en las tienda.

Camino con lentitud, pasando por varios estudiantes hasta llegar a la parte trasera del lugar donde nadie ingresa a estas horas. Veo la cabellera de mi cliente que me da la espalda, me acerco mientras coloco la mochila en frente mío y la abro.

Yo: que suerte la tuya, tengo lo que...buscas...

Susurro la última palabra cuando da la vuelta, dándome cuenta que es Dae-hyun. El maldito se atreve mostrar su asquerosa cara cerca de mi, después de todos los problemas que hizo, chasqueo la lengua y vuelvo a cerrar la mochila.

Yo: jodete Jun.-digo con un gesto de asco al decir su apellido. Él no hace ningún gesto, solo se limita a cruzar los brazos.-no pienso venderte nada.

Dae-hyun: oh vamos.-doy un paso hacia atrás al ver su intención de acercarse.-no seas marica.

Yo: di lo que quieras, yo me largo.

Pero apenas cuando me di la vuelta, el estúpido me agarra de la muñeca, jalando hacia donde está él y volteo un poco para mirarlo con enojo. Cree que con sentir su asqueroso aliento en mi rostro puede intimidarme, que inocente, yo tuve que lidiar con peores.

Yo: sueltame si no quieres salir lastimado.

Dae-hyun: ¿Alguien como tú?.-me mira de pies a cabeza, sonriendo de lado. Lentamente coloco mi mano en el bolsillo de mi pantalón.-lo dudo.

Yo: te lo advertí.

Saco la navaja y lo acerco a su hombro pero lo esquiva por un segundo, solo pude romper su ropa. Chasqueo la lengua cuando me agarra de la otra muñeca, impidiendo que de otro ataque. Forcejeo con todas mis fuerzas, tratando que me suelte al menos un brazo, miro a su alrededor hasta que hago lo único que se me ocurre, levanto mi pie y le piso sobre el suyo.

Dae-hyun: ¡Maldito!

Me suelta, dando la oportunidad de empezar a correr al límite que mis piernas me permiten, ingresando al edificio pero no veo a nadie, deben estar en las clases y significa que tendré un castigo por llegar tarde otra vez. Jadeo al chocar contra los casilleros, miro de reojo al maldito que me empujó.

Dae truena sus dedos acercándose más a mi, maldigo en mi mente por soltar mi navaja.

Dae-hyun: ¿Buscabas esto?-me muestra el arma, acercándolo a mi rostro y roza el metal en mi mejilla.-me gustaría deformar tu rostro pero no puedo dar más problemas.

Yo: no me vengas que serás el niño bueno.

Dae-hyun: tampoco seré tan bueno.

Agarra mi mochila, sacándome de forma brusca, iba a agarrarlo pero el maldito sale corriendo como gallina. Doy un gran pisotón en el suelo, apretando fuerte los puños, que por poco mis uñas cortan mi piel.

Yo: ¡Maldita suerte la mía!

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