"La Teniente" G!P

Capitulo 48

Valentina pov

—Pero es mi mamá y se llama Alicia—repeti por segunda vez. Mi cuerpo se mantuvo tenso. Sentí la mano de Juliana acariciar con delicadeza mi espalda, por lo visto se percató de mi estado. Mire a Maca, me sentí mal al ver su ceño y labios fruncidos. Sus ojos están cristalinos amenazando con soltar unas lágrimas. No pude reaccionar, solamente sentí un dolor agudo al ver esa imagen, siento algo extrañó. Juls abandono mi lado para ponerse a la altura de Maca.

—Maquita mi amor, tranquila cielo, solamente es una fotografía. Tal vez la madre de Vale y la tuya, solamente tengan un parecido— le hablo con ternura la futura madre de mis hijos. Le di la espalda a todos y observé una vez más la fotografía que Maca me enseñó, sentí como mis ojos se cristalizaron amenazando con soltar una lágrima, pero me aguante, soy fuerte, no me pueden ver llorar.

—Si supieras cuánta falta me haces, mamá— susurré para mí misma. En verdad me hace mucha falta, ahora necesito ayuda profesional, quisiera recibirla pero no quiero separarme de mi familia y no confío en nadie para encomendarlos mientras me recupero, me siento tan cansada, enferma mentalmente, siento como estuviera apunto de entrar en crisis emocional. Mi familia, Juliana, mis hijos, son mi fortaleza, por ellos soy capaz de todo y son mi único motivo para salir de esta. No será fácil pero pondré todo de mi.

—pasen una bonita noche, yo me retiro. Y no se preocupen que Benito les mostrará las habitaciones donde pasarán la noche— Escuché a mi padre despedirse. Sentí un par de palmaditas en la espalda, suspiré profundo y le di la cara.

—León, tenemos que hablar— hable con seriedad, borro la sonrisa que tenía en la cara y quedó cabizbajo con mi comentario.

—descansa hija— me repitió. Cómo de costumbre me dió una palmadita en el brazo. Fruncí los labios y las cejas por lo disgustada que me encuentro al querer evadir la conversación. Cómo de costumbre me dió la espalda y siguió su camino.

—Leon... Tenemos que hablar— trate de llamar su atención pero fue imposible. Antes de que siguiera su caminó Santiago se atraveso en su camino, al parecer algo no anda bien con estos dos. Últimamente Santy anda muy raro, pareciera que algo trae contra mi padre, su mirada es de odió, despreció, que se yo.

—buenas noches hijo, descansa— fueron las últimas palabras de mi padre a Santiago y como si se tratara de mi le dió un par de palmaditas en el brazo y siguió su camino. Santiago quedó perplejo mirando algún punto fijo frente a él.

Lleve una mano en mi cintura y la otra en la frente, con mis dedos me empece a masajear un par de veces, haber si así se me logra quitar este dolor de cabeza.

—¿Estás bien mi amor?— escuché la voz de Juls. Mi cuerpo se relajo al sentir sus manos sobre mis hombros, sus masajes se sienten tan bien.

—Si amor, solamente es un pequeño dolor de cabeza, tal vez sea el estrés pero con una pastilla se me pasa, y ya no te preocupes por mi que le hará mal a nuestros hijos— sonreí tratando de no mostrar lo mal que me siento, por lo menos no preocuparla, si me duele la cabeza pero ya se me pasará. Mire su pequeña pancita y sonreí tontamente, solamente de pensar en que muy pronto conoceré a mis hijos me llena de emoción.

—pues sabes que... Si estás de acuerdo conmigo... Te puedo quitar el estrés de la mejor manera, estoy segura de que te gustará— Juliana se acercó a mi seductoramente y me susurro en un tono sexi, mi cuerpo se erizó de pies a cabeza cuando su cálido aliento hizo contacto con mi piel. El corazón se me aceleró cuando su mano fue recorriendo delicadamente mi torso hasta llegar a mi corbata, como si de provocarme se tratara empezo a jugar con el nudo. Me depósito un beso sobre el cuello y por mi cuerpo empezó a recorrer un calambre. Estuve apunto de pasar mi antebrazo por su cintura y pegarla más a mi, pero los sonidos de alguien por llamar mi atención me detuvieron, sonreí por lo tonta que fui, me deje llevar por el momento que se me olvidaba que los chicos siguen aquí.