.

.

Había sucumbido a la tentación, terminó por llamar por curiosidad, sorprendiéndose por la cantidad de opciones con las que contaba el menú, pudiendo avanzar entre opciones como tu genero y apariencia, y para seleccionar a tu acompañante, había variedad de opciones, desde el color de ojos de la persona, estatura, color de cabello, piel, grosor de voz, personalidad, fetiches, etc. Además de que contaban con opciones de privacidad y temáticas para que los acompañantes llegaran de panera discreta.

Shinichi había elegido como acompañante a un chico de cabellos azabaches, ojos violetas, personalidad juguetona y ligeramente pervertida, estatura 1.60m, tez clara, sintiéndose un poco tonto al darse cuenta que había descrito a Kaitou Kid inconscientemente, afortunadamente aquella agencia contaba con alguien parecido, excepto por el color de ojos, disculpándose por ello, Shinichi simplemente le restó importancia e hizo la transferencia para procesar su pedido especificando que el modo de llegada sería disfrazado como un repartidor de pizza. Nadie sospecharía de un simple repartidor de pizza, ¿Verdad?

Ahora se encontraba casi desnudo, vestido únicamente con un par de calzoncillos y una bata de baño. Caminaba de un lado a otro, su acompañante llevaba retrasado 10 minutos, cuando estaba por llamar a aquella agencia, el timbre de la mansión sonó, sobresaltándolo ligeramente. Vaciló unos segundos, pero el insistente sonido del timbre lo hizo ir a abrir la puerta, al abrirla, notó que se trataba de un repartidor de pizza, dándole un vistazo rápido, confirmó que se trataba de su acompañante.

-Buenas tarde, llegó su pizza. –Saludó aquel joven con una sonrisa.

-Llegas tarde, pasa, antes de que alguien te vea. –Jalándolo del brazo, metió al confundido repartidor. –Sígueme.

-¿Eh? Pero... -Shinichi sin detenerse, ocultando sus nervios, subió las escaleras rumbo a su habitación, el recién llegado no tuvo de otra más que seguirlo con curiosidad.

-Pasa. –El repartidor entro sin entender. Shinichi se le acercó con una sonrisa, analizando cada detalle del joven, haciendo que este se sintiera un poco incómodo. –Vaya, esa agencia sí que es muy buena, cumplieron todo lo prometido a la perfección, aunque...que extraño, ellos me dijeron que no había chicos disponibles del color de ojos que pedí. –Murmuró al ver los preciosos ojos violetas del joven repartidor. –Bueno, supongo que fue de última hora. –Shinichi se sonrojó un poco, desviando la mirada, desató su bata y la dejó caer, mostrando su blanca piel al contrario, quien lo miró atónito.

-Disculpa, no estoy entendiendo nada. Solo venía a entregar su pizza. –El joven lucía nervioso, su rostro estaba ligeramente ruborizado y no entendía que estaba sucediendo.

-Vamos, no seas tímido, ¿Cuál es tu nombre? –Preguntó Shinichi con un poco más de confianza al ver que el joven le miraba de reojo con asombro y deseo contenido.

-K-Kaito... me llamo Kaito.

-Kaito. –Saboreó su nombre. –Puedes llamarme Shinichi. –Pasando sus manos por el pecho de Kaito admiró sus ojos, tan parecidos a los de él. El recuerdo de aquel mago problemático le hizo bacilar un poco, pero el agarre del repartidor en su cintura le hizo concentrarse de nuevo. Este acariciaba fascinado sus caderas, no entendía que carajos estaba pasando, pero le gustaba la situación. Aquel joven de ojos azules era tan malditamente atractivo, aunque se notaba un poco indeciso, le daba curiosidad que pasaba por su mente, pero la vista que tenía en esos momentos le impedía pensar con claridad.

-¿Shin~chan? –Susurró contra su oído, haciendo que este se estremeciera. Kaito, sin perder tiempo, repartió suaves caricias en las caderas del detective con maestría. –Veo que alguien es sensible. –Susurró contra su oído, antes de morderlo con suavidad.

Chegaste ao fim dos capítulos publicados.

⏰ Última atualização: Feb 14, 2021 ⏰

Adiciona esta história à tua Biblioteca para receberes notificações de novos capítulos!

"Fragmentos"Onde as histórias ganham vida. Descobre agora