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☀Capítulo 27: Esa suave textura... La extrañaba☀

— ¡Heesook...! — Menciona mi nombre de forma empalagosa cerca de mi oído y un cosquilleo recorre todo mi cuerpo, mientras sus brazos rodean los míos — ¿Me esperaste mucho? — Cuestiona apoyando su mentón sobre mi hombro, haciendo un puchero — ¿Ah? — Musita ladeando su rostro para mirarme.

No puedo moverme porque el muchacho me abrazada por detrás, con tal fuerza, apretándome contra su pecho; que me dejó completamente inmovilizada. Mis ojos se abren como platos, estoy totalmente impactada por lo que está ocurriendo. Incapaz de mover algún musculo de mi inútil cuerpo me limito a tragar grueso... ¿Qué mierda cree que hace? Ay, Heesook, es mejor que respires hondo y te tranquilices, así no cometerás alguna tontearía de la que luego te arrepientas, pero... ¡¿Cómo voy a estar tranquila?!

— Oh, hola — Saluda, Park de forma inocente a Taemin.

El chico parece igual de asombrado que yo y solo se limita a mover ligeramente su cabeza en forma de saludo. El silencio se hace presente volviendo el ambiente totalmente incomodo, aunque a Park, parece no importarle, pues solo se divierte jugando con mi cabello.

— Creo que debo irme, nos vemos luego, Heesook. — Habla de repente, Taemin, mirándome desilusionado, dándose la vuelta para irse. Yo asiento con rapidez antes de que se gire.

— ¡Adiós...! — Grita el idiota a mi lado moviendo su mano con una sonrisa gigante, dejando descansar su barbilla sobre mi coronilla.

— ¡¿Qué diablos te pasa?! — Exclamo furiosa, moviéndome con brusquedad para que me suelte, pero el chico es mucho más fuerte.

— Ya es un poco tarde, ¿No crees que hay frio? — Comenta ignorándome por completo, causando que mi sangre hierva. Ahora si lo voy a matar.

Logro hacer que me suelte empujándolo, cierro mis puños con fuerza y me voy lejos de él, dando fuertes zancadas.

— ¡Heesook...! — Grita mi nombre, siguiéndome.

Ni me molesto en girar, pero el chico es rápido y toma mi hombro logrando detenerme, colocándose rápidamente frente a mí. Me cruzo de brazos y le clavo una dura mirada al muchacho, ¿Cómo se atreve a hacer eso? ¿Por qué hace ese tipo de cosas? ¿Acaso está loco?... ¡Ash!

— ¿Qué sucede? — Cuestiona tratando de sonar tranquilo, mirándome sereno. Lo miro indignada, no puedo creer lo que me está preguntando. Rio con ironía, girando mi rostro y lo veo seria.

Ya es suficiente, ya me ha colmado.

— ¿Cómo que, qué sucede? ¿Acaso tienes problemas? ¿Por qué hiciste eso hace unos minutos? ¿Por qué tienes siempre que aparecer? Tú y yo ni siquiera somos amigos para que hagas ese tipo de cosas — Inquiero algo histérica, mirándolo irritada. Él solo me escucha atento.

— Pensé que éramos amigos... — Susurra soltando mis hombros, mirándome lastimado.

Nunca antes había visto esa mirada en él, siento como me desmorono inmediatamente... Sin dudas la cagué y solo por un maldito impulso. Soy la peor persona que pueda existir.

¿Perdería a la persona que amaba cuando apenas la acababa de encontrar? Tal vez no la merecía. Tal vez nuestro futuro había terminado incluso antes de empezar.

— Exactamente, tan solo pensaste — Afirmo, lamentándome de mis palabras, pero esto era lo mejor para ambos. Me doy la vuelta, dejándolo allí.

Te quiero tanto que duele, lo mejor es acabar con este sentimiento. Cierro los ojos sintiendo una punzada de culpa, pero... No puedo dejar que este sentimiento se apoderada de mí.

Siento de nuevo la cálida mano de Park tomar mi brazo en un último intento de que no me vaya. Sentir su mano tibia hacer contacto con mi piel, hace que me ponga rígida de inmediato. No quiero girarme, pero aunque mi mente grite que no, mi cuerpo hace lo que quiere. Lentamente me giro, encontrándome con su mirada, la cual es inusualmente seria. Intento alejarme al ver su cercanía, pero en un acto rápido toma mi cintura con fuerza, acercándome a él.