007

371 46 8
                                    

30 de enero de 2019. Dogok-dong, Gangnam-gu, Seúl, Corea del Sur.

La sala de espera de un hospital nunca es un lugar lindo para estar, y menos para aquellos cinco adolescentes que esperaban noticias de su mejor amiga.

Los cinco originales, Yeonjun, Heeseung, Yunkyoung, Yeji y Jay, estaban completamente consternados, en la sofocantemente nívea sala en la que la gente recibía noticias sobre sus enfermos. Y es que ellos también esperaban noticias de un enfermo.

Todo había pasado demasiado rápido. Jay y Yunkyoung habían estado en la cocina con Yeji y Yewon mientras ellas preparaban la comida con algunos voluntarios, cuando la mayor se había desplomado en el piso. Alterados, los tres originales presentes intentaron levantarla, siendo Yunkyoung quien la cargó al final.

Los cinco la llevaron al hospital, mientras con los nervios de punta, esperaban que la chica estuviera bien.

No lo estaba.

Apenas llegaron, la recibieron y la separaron de ellos, no tenían noticias de Yewon desde entonces, al menos hasta ahora.

—Familiares de Choi Yewon —llamó un hombre de mediana edad con bata blanca. Los cinco se levantaron, sorprendiendo al doctor, todos eran adolescentes, ¿dónde estaban los adultos?

—¿Cómo está ella, doctor? —preguntó Heeseung mientras se abrazaba a si mismo. Yeji era abrazada por Jay, quien estaba más nervioso que ella, pero le daba un poco de estabilidad emocional al chico, como si de un pilar se tratara; Yunkyoung se mordía las uñas de su mano derecha, mientras que Yeonjun se acercaba al hombre, posando su mano izquierda en el hombro de su mejor amigo.

—Está estable —dijo—, hemos mandado algunas muestras para que las estudien, pero es todo lo que puedo decirles hasta que lleguen los padres de la señorita Choi —explicó—, está en un coma inducido, cuando despierte, los familiares podrán pasar.

—Somos su familia —explicó Yeji, alejándose de Jay—, los abuelos vendrán en un rato.

—Cuando lleguen los abuelos... —empezó el estadounidense con miedo— ¿podremos ver a noona?

El doctor asintió con pena antes de retirarse.

Sabían que debían mantener la calma, pero el simple hecho de estar en un hospital era suficiente para alterar hasta a la persona más serena. Solo querían volver a casa con Yewonie bien.

Quince minutos pasaron cuando por la entrada cruzó una pareja de ancianos, los cuales, sin dudarlo, anduvieron a toda prisa hacia los cinco chicos.

He aquí "los abuelos", el señor y la señora Lee, los abuelos de Heeseung y también las personas que habían criado a Yeji, Yeonjun y al mismo Heeseung. El hombre mayor era juez general, quien llevaba a su nombre una gran cantidad de casos cerrados, su mujer había sido enfermera en su juventud y ahora trabajaba en servicios sociales. Ellos ayudaban a mantener en pie el club, y también apoyaban cuando podían a los chicos.

Sin embargo, ahora estaban preocupados. La última vez que había ocurrido algo así, uno de los miembros había estado embarazada y había perdido al bebé.

—El doctor dijo que hablaran con él —murmuró Jay, en un pequeño susurro cuando la anciana se acercó para envolverlo en sus brazos.

El juez asintió antes de caminar rumbo a recepción para preguntar sobre Yewon. El resto se sentaron en las incómodas sillas azules que se encontraban en el lugar.

—Tal vez... —murmuró Yunkyoung abrazando sus rodillas— tal vez... deberíamos decirles a los otros...

Los otros cuatro bajaron las cabezas, la abuela abrazó a Jay, Yeji tragó saliva con dificultad, Yeonjun posó su cabeza en sus manos y Heeseung soltó un pesado suspiro.

The Kids in the Dark - TXT AUWhere stories live. Discover now