La Luz de mis ojos | Lumity (AU-Amity Lobo)

Cap 9: Evitando a la Multitud

Los nervios de Blight se veían a kilómetros aunque para su acompañante de pelo rosado y de tres ojos le daba gracia aquella situación.

El corazón de Amity latía con tal intensidad que parecía que se iba a salir de su pecho, pero a pesar de las circunstancias se mantuvo estable y ningún cambio en ella se hizo presente.

Miro con preocupación al frente donde Luz se encontraba tratando de hacerse pasar entre los alumnos tan molestos quienes preguntaban una y otra vez sobre los sucesos del día anterior.

-M-Me tengo que ir, Boscha- tartamudeo sin quitar la vista de enfrente-

Por su parte, Boscha simplemente esbozó una sonrisa y tomó con delicadeza el hombro de su contraria.

-Ven, se de un lugar donde esa humana rara no podrá encontrarte.-

Ambas se levantaron apresuradas de sus asientos y se hicieron paso a través de la gran multitud pero pasando de largo de la humana quien se dio cuenta tarde de que ambas brujas habían salido del aula.

Boscha condujo a Amity por los largos pasillos de la escuela hasta dar con otra aula que antes era ocupada para la detención pero por ahora se encontraba abandonada y aun no se le tenía algún propósito, sería un lugar ideal para esconderse un par de horas. La pelirosa se detuvo frente a la puerta para enseguida mirar de reojo a su acompañante.

-Me temo que aquí nos separamos, tengo una pequeña excursión en 15 minutos y después clases de pociones. Podemos vernos en el almuerzo o después de clases, aunque tendría que ser antes del entrenamiento de grudgby.-

La pelimenta suspiro ante tales palabras y abrió la puerta que estaba enfrente de ella, antes de entrar dio la vuelta para mirar a su contraria y esbozó una ligera sonrisa.

-Gracias. Te veré entonces al final de las clases. No quiero más brujos preguntandome que paso durante todo el almuerzo.-

Ambas rieron unos momentos y se despidieron con tranquilidad. Boscha dio la media vuelta y comenzó a caminar por el pasillo, llevando sus manos a las bolsas de su chamarra deportiva y se perdió de vista entre los alumnos que iban pasando.

La joven Blight, resignada, simplemente entró al aula y cerró la puerta tras de ella. Aún no llegaba nadie y la luz tenue de la mañana se colaba por los grandes ventanales.

Se sentía realmente cálido y agradable a lo que se dispuso a caminar hasta llegar a una de las mesas que se encontraba justo a lado de una de las ventanas. Se sentó en el asiento y reposo sus brazos en la mesa de madera. Parecía que el sueño le estaba ganando por tal calidez que llegaba a su rostro por la luz del sol.

Bostezo con cierto cansancio y posó su cabeza en sus brazos para después cerrar sus ojos dormilones y entregarse al reposo que tanto le llamaba. No pasó mucho tiempo para que su mente se perdiera y empezará a soñar.

Se encontraba en un bello prado que se extendía hasta ella, con colores cálidos y otoñales que movía el viento con una suave brisa.

Camino despacio, a cada paso que daba podía sentir la hierba debajo de ella. A decir verdad, era una sensación un tanto nueva que apenas había experimentado días atrás.

Continúo su camino, haciéndose paso entre la hierba alta y algunas flores de tonos morados pero de un agradable olor; escucho que cerca de ella había un pequeño riachuelo donde el agua estaba golpeando algunas piedras. Sin perder ningún momento, apresuró la marcha para llegar a este.

Un hermoso riachuelo con mucha vegetación a su alrededor: flores, algunos troncos caídos, grandes rocas que se encontraban una encima de otras y donde el sol llegaba directo, se veía tan apetecible a simple vista. Se quedó maravillada ante tal escenario ante sus ojos, se veía todo tan apacible y en calma que incluso se podría decir irreal o de un cuento de hadas.