CAPÍTULO 28

141 26 3
                                    

************************ALERTA ****************************

ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS +18

La espalda de Plan se apoyó en la puerta del ropero, sus manos agarrándose fuertemente del borde, intentando estar en equilibrio. Una de las manos de Mean sujetaba fuertemente el borde de su camisa a la altura de su pecho, dejando descubierto sus pequeños pezones color rosa, repartió suaves besos por su abdomen, dejando rastros húmedos sobre su piel, llegando hasta uno de los pequeños pezones y saboreándolos. Los estiraba con los labios mientras Plan se retorcía de dolor, un dolor indescriptible.

- Ahhh, no los muerdas –

- ¿por qué? ¿no te gusta?

- Me gusta ... mm – Espera – trató Plan de apartar a Mean con las manos temblorosas.

Mean siguió su trabajo, pasando de un pezón a otro, dejándolos totalmente en un color rojo carmesí y totalmente irritados.

La visión de Plan se nublaba cada tres segundos, cayendo en una nube de placer con cada caricia. Inconscientemente se dejó manejar, moviéndose involuntariamente quedando de espaldas hacia Mean, las uñas cortas de Mean rasguñaron su espalda, bajando hacia sus nalgas y prepararlo.

Sus gemidos suaves fueron amortiguados por una de las manos de Mean, mientras la otra entraba y salía de su pequeño agujero.

Deseaba ver el rostro de Mean

- Quiero verte –

- ¡Hoy no! – seré yo quien mire tu pequeña espalda, tu piel suave, la línea de tu cuello y como tus orejas se tornan rojas mientras te escucho gemir y te retorcerte de placer.

Entre movimientos suaves, Plan gemía de placer, mordiéndose los labios. Las palabras llenas de amor y los susurros de Mean lo llevaban a lo mas alto del placer, dejándolo con ganas de mas cuando Mean se detenía, intentando hacerlo enojar.

- Mean ... ¡basta! –

- ¿Qué ocurre?

- No te detengas.... – por favor – suplicó con voz entrecortada.

Mean acelero sus movimientos, dándole estocadas más fuertes, moviéndose en círculos, mientras su otra mano masturbaba el miembro erecto y solitario de Plan.

*

*

Plan se acomodo entre las sabanas, estirando los brazos, sintiendo el frio del espacio de Mean. Al incorporarse sobre la cama observó los rayos del sol muy vagos infiltrándose por el pequeño espacio de la cortina.

Se estudio por unos segundos, sus pezones aun rojos, ardían. Apenas salió de la cama en dirección al gran baño, unos pasos fuertes entraron en su habitación. Al voltear la mirada, vio a Mean ya vestido con una camisa blanca y un pantalón de vestir negro muy bien planchado, su cabello despeinado y su rostro recién lavado, sosteniendo una bandeja de comida. Sintió vergüenza, su rostro se calentó y algo como un vacío se formó dentro de su estómago.

- Buenos días – ¿te encuentras bien?

- Si – respondió huyendo dentro del baño.

Unos brazos rodearon su cintura, sobresaltándolo.

- ¿Qué haces? – tomare un baño.

Mean solo beso su cuello, sin dar una respuesta, para luego susurrarle.

Apenas amaneció y quiero mucho más de ti ... ¿puedo lamer tus pezones?

- ¿Estás loco? – no lo permitiré – gritó Plan huyendo de los brazos de Mean.

Cuando plan salió del baño con una toalla rodeando su cintura y gotas de agua goteando por su cuello, Mean lo esperaba sentado al borde de la cama ya completamente tendida. ¿Por qué había ordenado su cama? Sé preguntó en la cabeza mientras buscaba un traje limpio que ponerse.

- ¿no deberías estar cuidando de mi hermana a esta hora?

Mean observó el reloj en su muñeca y al sorprenderse por la hora, salió de la habitación de Plan despidiéndose con un beso fugaz.

*

*

Prim lo esperaba ya vestida con una blusa celeste, unos jeans negros y zapatillas blancas. Tenia el cabello muy bien peinado, recogido en una coleta que la hacia verse aun mas joven.

- Buenos días señorita, disculpe mi retraso.

- Está bien – debes estar muy ocupado con mi hermano.

- ¿disculpe?

- Ayer llame por ti y Alice me comunicó que la dejaste a cargo, porque mi hermano te dio una llamada urgente.

- Ohhh, si – de nuevo disculpe.

Prim sonrió de medio lado como no la había visto hacer en mucho tiempo. Pensó que era extraño, mas solo lo dejo pasar.

Ya en el comedor, Mean se dedicó a alimentarla. La noticia de que el señor de la casa, salió muy apurado hacia el hospital, desesperó a Prim y aun así trato de calmarse, comió todos sus alimentos como si deseara verse mas saludable y no verse tan delgada como estaba en ese momento.

Durante el viaje, observó como jugaba con sus manos, llevándose las unas a la boca cada cierto tiempo mostraban su nerviosismo. Cuando estuvieron frente a la habitación de War, Prim dudó por un segundo en entrar, su padre ya dentro de la habitación tenia los ojos llorosos, rojos como si hubiera estado llorando mucho tiempo.

- ¿Están aquí? - mencionó cuando se dio cuenta de su presencia.

Aun lado, yacía War sin el respirador artificial, los ojos medio abiertos, respirando lentamente. Su rostro parecía mostrar el dolor de sus heridas.

- Señorita – susurró muy bajito.

Prim apretó mu fuerte la manga de mi camisa, temblando y abriendo la boca tratando de hablar. Camine con ella, hasta llegar muy cerca de la camilla. Observe sus ojos llorosos, que luchaban por no dejar caer sus lágrimas, War la observaba con dolor, con pena y sufrimiento.

- P'War.. – Yo...

War parpadeó muchas veces, luchando por que sus lágrimas tampoco salieran, y tragó antes de luchar otra vez por hablar.

- Se encuentra bien .... – la veo muy delgada.

- Me encuentro bien, he estado comiendo todos mis alimentos –

- ¿Por qué lo hiciste?

War estuvo callado por medio segundo, observándola con una mirada indescifrable.

- Los siento....

El doctor, junto a una enfermera muy bajita, entraron a la habitación interrumpiendo a War, se acercó hasta ellos con una bandeja de medicamentos, sonrió levemente y dijo:

- Me alegra que hayas despertado – la enfermera pondrá unos medicamentos y los dejaremos a solas.

La enfermera tomó la mano de War, subministro las medicinas por la triple vía, verificando después el goteo del suero, para salir de la habitación, junto al médico.

- ¿Dónde estuviste todo este tiempo?

- Recordando el pasado

Los oficiales llegaron a la habitación de War, entraron causando asombro en las personas presentes en la habitación. El señor, pidió hablar a solas, con ellos y el doctor a cargo del paciente.

Mean los vio salir, apreciando como uno de los oficiales se quedaba fuera de la habitación haciendo guardia mientras el otra, caminaba con el señor Kijworaluk en dirección al consultorio del doctor. 


BUSCÁNDOTEOnde histórias criam vida. Descubra agora