CAPÍTULO 23

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Sus manos temblorosas soltaron las bolsas que llevaba y con un dolor en la mirada, fue presente de la escena que deseo talvez nunca haber visto. ¿Debería oír la verdad? ¿Qué tan  doloroso podía llegar a ser? – recogió las bolsas, se dio media vuelta y salió del lugar.

Recordó las palabras de Plan.

Nunca seré suficiente .... ¿Por qué no puedo ser yo a quien ama?

Siempre termino siendo un perdedor....

¡Debí haberlo sabido! El día en que ambos bebimos en el bar, lo extraño que había sido presenciar un ataque de celos de un hombre al que apenas había conocido.

Y al igual que la persona que amaba, ahora era Blue quien se preguntaba una y otra vez

¿Por qué no puedo ser yo?

*

*

Plan amaba los besos suaves de Mean, su olor a lavanda, tan suaves que ocasionaban una inmensa necesidad de fundirse en sus brazos. Apenas habían empezado una relación y podía apreciar cuan cariñoso podría ser. Nunca a pesar de haber estado en una relación amorosa años atrás nunca sintió lo que sentía por Mean. En su adolescencia nunca se lo hubiera imaginado, pensando en aquel momento que su atracción podría haber sido pasajera y ahora se daba cuenta que estaba muy equivocado ya que siempre esperó pacientemente durante tantos años al chico quien salvo a su hermana.

El valiente niño .... el héroe...

- Vamos suéltame – pueden vernos. Palmeó plan en los hombros de Mean tratando de alejarlo lo antes posible.

- No puedo evitarlo, no entiendo que es lo que me pasa, todo el día pienso en ti y deseo verte mucho más de lo que imagine. ¿creo que me estas volviendo loco?

Plan sonrió ante tan sincera declaración, sosteniéndolo en un abrazo y devolviéndole el beso.

Ambos disfrutaban de la exquisita cena, sentados uno al lado del otro. Al principio los empleados mostraron asombro, pero no dijeron ninguna palabra. La sensación de sentirse observados incomodó a Plan, quien les pido amablemente a los empleados que los dejaran solos mientras cenaban.

Su hermana yacía al lado derecho de Mean, aunque por su silencio sentía como si estuvieran solos. Observó como Mean cortaba los alimentos en el plato de su hermana y sonrió con disimulo al recordar las veces en las que se sintió celos por aquella acción que ahora era insignificante. Por debajo de la mesa sus manos juguetonas, tocaron uno de los muslos de Mean, causando que este se moviera en su asiento y lo mirara de reojo con asombró.

- Khun Prim, quiere más arroz o más carne? –

- Deseo regresar a mi habitación – me siento satisfecha, no deseo comer más alimentos.

- No – No puedes dejar de comer, apenas y has tocado tus alimentos –Casi grito Plan ante la atenta mirada de Mean y la mirada cabizbaja de su hermana, quien solo tendió a encogerse en su asiento.

Ante el asombro de Mean la voz débil de Prim dio paso y sus palabras poco entendibles, se convirtieron en una pregunta.

- Nong, quiero dejar de luchar ¿crees que debo hacerlo?

- No puedes hacerlo ¡simplemente no lo permitiré! – respondió Plan, rompiendo en llanto.

No sabía cómo reaccionar, si consolarlo en sus brazos o simplemente tomar sus manos, pero mientras dudaba, el personal de toda la casa llego hasta el comedor, con mucha preocupación y horrorizados al ver llorar al joven amo, quien siempre parecía tan duro como una roca.

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