Después de unos días, Kiyomi se despertó en su habitación de konoha. La morena se despertó con el sonido del timbre, así que solo en pijama fue a abrir la puerta
Kiyomi: Suigetsu, ¿qué estás haciendo aquí?
Suigetsu: Hola princesa, vine a llevarte al laboratorio, te extrañamos y Orochimaru-sama necesita tu ayuda.
Kiyomi: ¿Mi ayuda? - Piensa - ¡Me prepararé!
La morena se dio una ducha, se vistió, desayunó y dejó una nota para Aika y Mitsuki.
Suigetsu y Kiyomi salieron de la casa a escondidas.
Kiyomi: ¿Porqué nos estamos escondiendo?
Suigetsu: Sasuke odia cuando vengo a la aldea, y él está cerca, ya que es la segunda vez que konoha hace el día de padres e hijos.
Kiyomi permaneció en silencio. Los dos lograron salir de la aldea sin que Sasuke notara el chakra de Suigetsu.
Cuando estuvieron afuera, Suigetsu y Kiyomi dijeron con alivio:
- ¡Yei!
Hasta que una voz gruesa salió de la nada
Sasuke: ¿Qué estabas haciendo en Konoha, Suigetsu?
Del susto, Kiyomi saltó a los brazos de Suigetsu, quien soltó un pequeño grito de miedo. Sasuke miró a Kiyomi con una mirada de desaprobación.
Suigetsu: Sasuke, necesitas relajarte. ¿Por qué no estás en konoha con tu hija?
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Sasuke: Ahora mismo ella está con Sakura.
Suigetsu: A principios de año, este día de padres e hijos, para ti, no fue tan bueno - se aguanta una carcajada.
El uchiha responde amargamente:
- ¡No vuelvas más a konoha! - respira hondo - Lo olvidaste - le da a kiyomi su paraguas y luego desaparece
La morena desciende de los brazos de Suigetsu y la mira sonrojada. Suigetsu se acerca a Kiyo con una risa divertida.
Kiyomi: ¡No podemos llegar tarde! - le muestra la lengua, abre su sombrilla y sale corriendo
Suigetsu: ¡OYE, OYE, OYE, OYE, NO ME DEJES SOLO AQUÍ! ¡KIYOMIII! - Corre tratando de alcanzar a la morena que ya estaba muy lejos.
Suigetsu logra alcanzarla ella tenía el Sharingan activado y una cara preocupada. Al llegar al laboratorio, Kiyomi caminó hacia el supuesto lugar donde imaginó que estaría Orochimaru. Al llegar allí, encuentra a Mitsuki y Orochimaru jugando con algunas serpientes.
Kiyomi sonríe tiernamente y se acerca a ambos en esa habitación oscura que solo estaba iluminada por antorchas de serpientes.
Orochimaru: Es bueno tenerte aquí - dice levantándose y mirando a Kiyomi que era mucho más baja que él - ¿Te gustaría unirte?
