Walk That Mile • [ls ; traducción]

Día 15

Black Mountains, Arizona

Louis se despertó sudoroso y pegajoso, con el cuerpo de Harry encima de él y todas las mantas apiladas sobre ellos.

Intentó salir, pero el rizado lo atrajo hacia él como un koala. Louis ni siquiera estaba seguro de que supiera lo que estaba haciendo.

—Suéltame —dijo lo más amablemente posible.

—¿Qué? —preguntó Harry sin moverse ni abrir los ojos. Se ajustó sobre la vejiga del ojiazul y la situación se intensificó tres veces más.

—Quítate, bebé —dijo Louis —Me voy a mear encima.

—¿Qué? —repitió más fuerte, esta vez abriendo los ojos y enfocando directamente a su compañero —¿Qué?

—Quítate de encima —repitió Louis.

Por desgracia, cuando Harry empezó a moverse, Louis se desesperó y lo empujó con las dos manos. El resultado fue Harry volando de un lado de la cama y aterrizando con un golpe sordo.

—Oh, joder —susurró Louis. Se levantó del borde de la cama y se puso encima de su cuerpo —¿Estás bien? —preguntó pasando una mano por su pecho y la parte posterior de su cabeza; para asegurarse de que no se había golpeado contra la mesita de noche al caer.

Se detuvo al ver a Harry reír.

—Estoy bien, cariño —dijo —Un poco sorprendido de que me hayas tirado de la cama.

—No lo he hecho —se justificó rápidamente. Besó los labios de Harry para reforzar la idea —Te prometo que no ha sido a propósito.

—Bésame otra vez entonces.

Louis puso los ojos en blanco, pero dejó que Harry lo besara igualmente; despacio y profundamente, como se debía besar al rizado cada mañana.

—Pensé que tenías que ir al baño —comentó Harry al retirarse. Sus manos cayeron sobre los muslos del ojiazul y tocaron el dobladillo de sus calzoncillos.

—Sí —afirmó Louis —Has hecho que se me olvide.

—Deberías ir ahora.

Louis rio.

—¿No te gustan los deportes acuáticos?

—Por favor, déjame —se quejó con una mueca de asco —Ve y ocúpate de ir al baño solo.

Aquella mañana estaba siendo mucho mejor que la anterior.

🛣️

Desayunaron pizza fría en la mesa de la cocina, mientras Louis intentaba convencer a Harry de ir a nadar una última vez.

—Pero mira por dónde vamos —comentó Harry, girando su teléfono para que Louis pudiera verlo —El lago Havasu.

—¿No es ahí donde va la gente durante las vacaciones de primavera? —preguntó riendo.

El agua era de un azulado claro, sólo unos tonos diferentes del cielo. Las bebidas multicolores adornaban las playas de arena blanca. Parecía Jamaica en medio de Arizona.

—Sí —respondió Harry —Y es mucho mejor que nadar en un lago normal.

—Ni siquiera has estado ahí —añadió Louis devolviéndole el teléfono —¿Cómo sé que es verdad?

Harry se encogió de hombros.

—Supongo que tendrás que confiar en mí.

Louis sonrió tan ampliamente que sus mejillas comenzaron a doler.