61. Hypnos I

6.3K 1.1K 1.6K
                                    



"Las personas decían que ella no era bonita, lo escuché muchas veces. Decían que era una niña como cualquier otra; una más del montón.

Nunca he entendido muy bien qué cosa ven los humanos en otros humanos. Pero sí, Helena no se parecía en nada a las niñas que salían en las portadas de las revistas que leían mi novia o sus amigas, ni tampoco a las que siempre mencionaban mis compañeros de clase... pero de todas formas yo no podía dejar de pensar en ella;

En las ondas infinitas que se formaban en los mechones de su cabello.

En su olor a manzanilla fresca.

En la forma en que se le arrugaba la nariz cuando estaba enojada. Cosa que me gustaba tanto que me descubrí a mí mismo provocándola solo para mirarla hacer sus muecas, no tenía muchas, Helena era más bien inexpresiva comparada a otras niñas, vaga, como si todo el tiempo estuviera perdida en un mundo dentro de su cabeza, incluso en la escuela comenzaron a apodarla "Astronauta" a sus espaldas porque todo el tiempo estaba en la Luna. Así que cuando descubría una nueva fórmula para obligarla a cambiar de expresión, la explotaba hasta que descubría otra.

Me odió algunas veces por ello.

Tal vez muchas...

Pero no podía dejar de hacerlo. Me sentía como un niño que había descubierto un nuevo juguete.

Eso fue lo que pensé al principio...

La diferencia fue, que todos los juguetes te cansan tarde o temprano, o sé rompen. Pero yo no me cansé nunca, incluso cuando encontré la forma de romperla, o cuando se rompió sola.

'Pero estamos a mano, moco' —pensé mientras la observaba dar otro cabezazo en misa.

No se había dado cuenta de que gracias a mí, hoy los profesores no le habían puesto ningún reporte. Porque los había distraído cada vez que había vuelto a dormirse.

Que niña tan rara.

¿Quien se duerme con los ojos abiertos, Helena?

Y aunque se merecía todos los reportes del mundo, yo no iba a dejar que le pusieran ninguno.

Porque eso significaba que iban a mandarla a la dirección, y a mí me gustaba verla.

Sonreí para mis adentros.

'Y porque eso es lo único que puedo hacer...'

Intenté dejar de pensar en ella muchas veces.

Porque era antinatural.

Que ella lograra captar toda mi atención sin esfuerzo, no podía significar nada bueno.

Además estaba prohibido.

Involucrarse con un ser humano de esa forma, traía consigo la deshonra de toda tu familia, de tus guardianes, y una muerte segura; significaba acabar como carne fresca para alimentar al próximo Coliseo.

Lo sabía.

Lo sabía bien, pero...

El día en que mi reloj retrocedió  [Completa✔️✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora