Capítulo 19: Ayude a los desfavorecidos.

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Alguien estaba tratando de quitarle las mantas, Wei Wuxian frunció el ceño y se hundió con más seguridad, apretando el suave material contra su rostro. 

Olía a sándalo y sudor, Wei Wuxian sonrió soñadoramente y suspiró, relajándose en el colchón, las mantas fueron arrancadas y él estaba desnudo y expuesto al aire frío. 

Gritó y agitó una mano, buscando dignidad.—Esta muy flaco.

Jiang Cheng estaba de pie junto a él, acompañado por el miembro de la secta Lan más antiguo que Wei Wuxian había visto. Una anciana que apenas llegaba al hombro de Jiang Cheng, tan encorvado que tuvo que inclinar la cabeza hacia los lados para inspeccionar a Wei Wuxian. ¿Por qué estaba examinando a Wei Wuxian?

Oh, mierda.

Wei Wuxian agarró una almohada y se cubrió la ingle, el repentino movimiento del brazo tiró de su espalda.—¡Vete a la mierda!—Estaba furioso.

—Bastante alto.—murmuró la anciana Lan, indiferente.—Pero esta muy flaco.

Pasó un ojo experto por Wei Wuxian y luego, desde algún lugar, sacó una cinta métrica. Se lanzó como una libélula, Wei Wuxian sintió un roce contra su hombro, su muñeca y desapareció.

La anciana murmuró números para sí misma.—¡Y ahora la medida de la pierna!

—¡Señora! ¡Respetada Lan! ¡Espere!

Wei Wuxian levantó la mano, la mano que no sujetaba un cojín a su ingle porque estaba desnudo, en su propia cama.

Jiang Cheng no se estaba riendo, lo cual era extraño.

Jiang Cheng estaba buscando algo en el suelo.—Aquí, ponte los pantalones.—Arrojó un bulto oscuro y Wei Wuxian lo atrapó.

—Todavía puedes medirlo por encima de los pantalones, ¿no?

—Oh si.—La anciana asintió repetidamente.

—¡Bueno apúrate!—Jiang Cheng se volvió hacia Wei Wuxian.—¡Lan Shuren necesita medirte! ¡Vístete!

—¡Jiang Cheng! ¿Qué diablos está pasando?—Wei Wuxian siseó detrás de su mano.

Lan Shuren cloqueó con desaprobación y volvió a inclinarse con su cinta métrica, Wei Wuxian la rechazó.

—¡Te vas a casar! ¡Felicidades!

—¡Estoy casado! Ahora estoy muy casado.—Wei Wuxian dijo, con algo de orgullo, sintiendo sus músculos pincharse mientras se sentaba.

Jiang Cheng hizo ruidos de vómitos.—¡Nadie quiere saber eso! ¡Ponte los pantalones! ¡Necesita medirte para las túnicas de boda! 

Wei Wuxian se puso los pantalones mientras trataba de mantener el cojín como pantalla, en el momento en que lo dejó a un lado, Lan Shuren se puso a trabajar.

—¡Cintura! ¿Enserio? Es tan chica... Bien bien. ¡Pierna! ¡Espalda! Hmmm. No queremos que los vendajes estropeen las túnicas... 

—Jiang Cheng.—Wei Wuxian pensó que estaba manteniendo la calma bastante bien, dadas las circunstancias.—¿Que esta pasando? ¿Dónde está Lan Zhan?

Jiang Cheng no lo miraría a los ojos, estaba un poco pálido.—Lan Qiren ha decidido que deberías tener una boda adecuada. En rojo, donde todos puedan ver.

—¿Lan Qiren? ¿Enserio?—Wei Wuxian se dejó caer sobre la cama, luego hizo una mueca y se volvió de lado.—¡Normalmente piensa que soy una influencia terrible!—Estaba desconcertado pero conmovido.

Jiang Cheng se encogió de hombros.—Quiere una boda adecuada para su sobrino.

Wei Wuxian supuso que eso tenía sentido.—Ai yai yai, ¿Cuándo será eso?—Un bostezo se apoderó de él, se detuvo con la boca abierta y los ojos muy abiertos.—¿Eso significa que no puedo acostarme con Lan Zhan hasta que estemos nuevamente casados?

•To have and to hold• [EDITANDO]Where stories live. Discover now