•To have and to hold• [EDITANDO]

Capítulo 14: Cree sinceramente.

—¡Lo siento mucho, Lan Li! ¡No lo volveré a hacer!—Wei Wuxian ciertamente parecía arrepentido.

—¡Eso es lo que dijiste la última vez! ¡Sabía que deberíamos haberte sedado!—gruñó la sanadora Lan.

Los discípulos Lan que sostenían el grupo de paraguas sobre sus cabezas hicieron una mueca.—Sanadora Lan, regla cinco...—sugirió uno.

—¡En realidad, no estamos en Cloud Recesses! ¡Las reglas no se aplican!—La corriente de energía que le estaba pasando a Wei Wuxian nunca vaciló.

—Ahora bebe el té de hierbas.—Su voz se convirtió en un siseo autoritario.

Wei Wuxian bebió y se atragantó. Abrió la boca para quejarse, luego se lo pensó mejor. Lan WangJi se rió, la cara de su marido era tan divertida.

—Lan Li, ¿estás segura de que está bien? ¡Se rió tontamente! 

—Está exhausto. Algunas personas reaccionan de esa manera, es como estar borracho.

—Pero es un borracho terrible!

Los discípulos de Lan volvieron a hacer una mueca y pequeñas gotas de lluvia cayeron sobre Lan WangJi, a quien no le importaba.

—Ni siquiera voy a preguntar cómo lo sabes". dijo Lan Li y se puso de pie.—¡Camillas, aquí!"

Lan Li se frotó la rodilla, luego se dio cuenta de que tenía barro en la mano y se tragó una palabra que habría molestado a sus alumnos nuevamente, estiró la espalda y la sintió romperse—¡Sanadora Lan!

—¡¿Ahora que?! ¡Lo siento mucho Zewu-Jun! ¡Eres tu! Perdóname, solo estaba... ¿Cómo puedo ayudarte?

—¿Estará bien?

—Tu hermano se ha roto los ligamentos de la rodilla, los até y le apliqué acupuntura, también es solo... creo que es feliz, tiene un caso severo de felicidad retrasada. Está delirando.

—¿Y Wuxian?

Una nube oscura se movió sobre el rostro del sanador.—¿Ese gremlin? ¡Se drenó hasta el punto de colapsar y abrió algunas de sus heridas! 

—Lan Xichen se sintió obligado.—Sanador Lan, con todo respeto, regla...

—¡No empieces!—La mujer mayor lo miró con furia, luego agitó su túnica y se dirigió hacia la línea de camillas que sostenían a los heridos.

Sus alumnos no sabían dónde mirar, uno de ellos le pasó un paraguas a Lan Xichen en silencio.
Lan Xichen lo aceptó, ahora llovía de manera constante y todavía quedaba mucho por hacer.

Nie Mingjue abrazó a su hermano.

Jiang Cheng trotó hacia las camillas que subían la colina, necesitaba ver a Wei Wuxian, averiguar por qué habían llamado al sanador.

—Eres una vergüenza para el clan.—dijo, buscando entre las mantas la mano de Wei Wuxian.

—Estoy en el clan Lan ahora.—Entonó Wei Wuxian con un leve susurro de Lan Qiren, apretando su agarre débilmente.