Tu nombre en mi piel

Capítulo 48

Noan.

Llego al restaurante donde vería a los demás franceses que están involucrados en lo que haremos contra Max y a pesar de que he llegado un poco tarde aún no encuentro a nadie aquí.

Tomo asiento en una mesa y solo espero, han pasado ya un par de minutos.

-hola- levanto la vista de mi celular, Camille Lombrad está frente a mí, la veo mirar a nuestro alrededor, tiene puesto un uniforme escolar y toma asiento- perdón por el retraso.

-hola fille- hablo mientras me acomodo en mi lugar, ella guarda algunos libros en su mochila y solo veo sus movimientos, finalmente, cuando termina, suelta un suspiro cansado mientras acomoda su cabello.

-¿Jacob no está aquí?- pregunta.

-no- respondo- solo yo.

Asiente lentamente, veo como traga saliva, posiblemente estaba nerviosa.

-no soy como Max, Camille- hablo- así que no debes preocuparte.

-lo sé- responde.

Nos mantenemos en silencio, realmente no sé que decir y al parecer ella tampoco. Moría de hambre.

-¿pedimos algo de comer?- pregunto y ella asiente de inmediato, llamo a un mesero y solo ordenamos.

-Omar dijo que tendría cosas que hacer- ella habla mientras esperamos nuestra comida- así que no podrá venir.

Asiento. Después de unos minutos más nuestra comida llega y comenzamos a comer, todo en silencio.

-¿Max no ha regresado de Rusia?- pregunto y ella niega- ¿por qué Max?- pregunto, era incómodo el silencio entre nosotros así que preferí hablar.

-¿a qué te refieres exactamente?- pregunta curiosa.

-¿por qué salías con Max?- pregunto.

Parece perderse en sus propios pensamientos hasta que finalmente habla.

-bueno- comienza después de beber de su copa con agua- amaba a Max- responde- el Max que yo conocía y el Max de ahora no son los mismos- continúa- él era diferente, no sé, era simplemente un chico que me mostró cosas hermosas en este mundo, me amaba, sé que me amaba pero no me amó lo suficiente y terminó siéndome infiel- hace una mueca- ¿por qué Max?- guarda silencio un poco- creo que lo elegí porque el Max que yo conocía se encargó de enamorarme, ya sabes, éramos unos adolescentes, me enamoré de él, por eso lo elegí.

Entendía eso.

-¿por qué Max y tú son tan diferentes?- pregunta ella ahora.

Levanto mis hombros.

-Max siempre fue el consentido de mis padres- respondo- de alguna u otra manera ellos siempre estaban tras de él, protegiendolo, cuidandolo, lo consentian en todo, era como el pequeño rey de casa- ella sólo me escucha- en cambio conmigo fueron un poco lejanos- continúo- mi padre tuvo una crianza dura conmigo, al ser su primogénito me crió de una manera difícil, quería que fuera el heredero perfecto, sabía que algún día sería yo quien ocuparía su lugar en la mafia de la familia así que fue duro e insensible conmigo, no intento causar lástima o intentar algo parecido, solo que creo que Max siempre tuvo lo que quiso con solo pedirlo, yo tuve que pelear por lo que quería, él se acostumbró a una vida de lujos, se acostumbró a que siempre tendría lo que quisiera sin importar el como lo obtendría.

-no entiendo algo- ella comienza de nuevo- tus padres fueron duros contigo, fuiste de alguna manera excluido por Maximiliano y aún así, a pesar de que eres un mafioso, el líder de los franceses para ser exactos, ¿por qué estás ayudándome? deberías de ser un hijo de puta, ¿no? Un despiadado.