Capítulo 8

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—¿Cuándo seria?—pregunto Mario.

—Al finalizar las temporada de lluvia, lo mas probable a inicios del próximo mes.—respondió Sean.

Fer los miro con mala cara.

—¿De verdad planean algo con tiempo? Que aburrido.

—Si no te gusta cierra la maldita boca—le espeto Gaby.

—Bruja—le dijo sacándole la lengua.

Rei,

Era martes por la tarde, no encontrábamos planeando una excursión a uno de los bosque que están cerca, en donde acamparíamos un fin de semana.

A mi me pareció una excelente idea, a todos de hecho.

—¿A que bosque iríamos?—pregunte.

Lía me miro pensativa antes de hablar.

—Mario y yo visitamos uno antes de volver a california, era muy hermoso, tenia una cascada de agua verdeazulada algo translucida, además de un lugar perfecto para acampar, no queda muy lejos de aquí.

—Perfecto, entonces iremos allí—concordó Sean.

—Bien, supongo que desde ahora podemos ir recolectando el dinero para comprar lo de la comida—dijo Gaby.

—Si, dos días son dos días y debemos comprar demasiados golosinas y alcohol.

—Como si les faltara el dinero—murmuro Fer.

—Viejo, le quitas lo divertido—le dijo Mario riendo.

Rei negando levantándome del sofá, me encamine a la cocina tomando un vaso de agua, volví a mi lugar.

Personalmente disfrutaba mucho pasar tiempo con ellos, eran como esos amigos que nunca tuve, los divertidos, los calmados, los problemático, la mamá del grupo, todo lo que en un tiempo quise.

Y se sentía genial formar parte de eso.

—No se ustedes pero me parece extraño que Camille y Sean no estén peleando—dijo Fer.

—Oye, necesitábamos un descanso—Sean me miro con una sonrisa.

Voltee los ojos.

—Si, me agota mucho tener que repetirle lo idiota que es.

Lía soltó una risa.

—Solo se que me reiré cuando se enamoren.

—Opino lo mismo.—concordó Gaby.

—¿Que?—musite confundida

—Nada, ¿Quién quiere comida chatarra?—se metió Mario.

—¡Yo!—grito Fer.—Pide algo grasoso.

Y así fue, pidieron unas deliciosas hamburguesas con papas fritas, literal estaban para chuparse los dedos.

Luego de eso comenzamos a jugar charadas y fue muy gracioso.

—¡Pájaro!—grite.

—No...—Fer me miro con una mueca

Él estaba aleteando y saltando.

—¡Ave en celos!—grito Gaby.

—¡No!

—Pingüino,—Lía lo señalo.

—¿Pavo?.—Dijo Mario con el seño fruncido

Sean se levanto con una sonrisa victoriosa como si tuviera la respuesta.

Polos OpuestosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora