Capitulo 6

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—Oigan, podrían irse, quiero dormir—pidió Fer.

Era domingo por la tarde, estábamos en la sala de estar.

Gaby como de costumbre pidió algo de comida china, y ya habíamos terminado de cenar, todo estaba tranquilo.

Ya habían pasado unos cuantos días desde que ellos estaban viviendo con nosotras, la mayor parte del tiempo trataba de ignorar a Sean cuando me hablaba, porque juraba que lo iba a matar.

En cambio Fer, era muy divertido, me hacia reír mucho con las tontearías que decía, no se porque Gaby lo trataba mal.

Bueno ni tanto, ya que se estaba comportamiento como toda una madre, y resultaba entretenido.

—No jodas, estoy pintando mis uñas—le dijo Gaby.

—Pero puedes hacerlo en tu habitación.

—Y tu puedes dejar de joder y no lo haces, así que te jodes.

Él emitió un quejido.

Rei por lo bajo mientras leía el libro, era muy interesante, no iba ni por la mitad y ya estaba rendida antes el personaje masculino.

Que fácil soy.

Aun recuerdo cuando leí mi primer libro, a los diez años, en ese momento no me había atrapado la lectura, debido a que no era el genero indicado.

Pero tiempo después encontré uno que la portada era llamativa, romántica, pero lo que más me llamo la atención fue el numero dieciocho, y me motivo a leerlo, cosa que fue la mejor decisión, adentrándome a la lectura romántica erótica...

—Oye Rose... ¿Qué lees?—me pregunto Sean.

Voltee los ojos.

—Un libro.

—Oh, ¿En serio? No lo había notado...

—Pero si hubiera sido una pizza ¿Lo harías, no?

Sean mordió su labio inferior tratando de contener la risa.

Idiota.

Volví la vista a él libro, cuando Fer me toco el hombro, lo mire con el ceño fruncido.

—¿Sabes que yo leí un libro?—dijo.

Una sonrisa se formo en mi rostro.

—¿De verdad? ¿Cómo se llamaba?

Él frunció sus labios pensativo.

—No lo recuerdo, pero tenia muchísimas historias... Uno de los personajes se llamaba Moises, y abrió un mar, increíble.

La sonrisa desapareció de mi rostro de golpe, Sean soltó una carcajada, en cambio Gabriela lo miraba con una mueca.

—¿No es esa la biblia?

—¡Si! Dios, era increíble, la nana siempre la lee.

Asentí detenidamente con la cabeza.

Sean seguía riendo, y Fer seguía teniendo una sonrisa, pobre.

A vivido engañado, aunque ese libro no es una mala lectura...

Suspire cerrando el libro y dándoselo.

—Léelo, si te gusta me dices y te presto otro.

—Oh, eres muy linda, no se como Sean dice que eres una vieja amargada sin sentido del humor.

Solo vasto con eso para volteara m rostro hacia él como una asesina.

Sean seguía con una sonrisa.

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