Capítulo 4

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Tome el portátil con rapidez cuando me llego un correo.

Solté una risa maléfica al ver que mi libro llegaba mañana, temprano.

—¡Si!—grite dando mi baile de felicidad, sintiendo las emociones correr por mis venas—Me enamorare de ti, nuevo personaje que se que se robara mi corazón—dije señalando la pantalla de la computadora.

¿Para que enamorarme de los hombres de la realidad, cuando puedo crearme una película falsa en mi cabeza con uno irreal?

Suspire escandalosamente, dejando los lentes a un lado, abriendo la puerta de la habitación.

Era viernes por la noche, la semana se había pasado de manera rápida, o lo vi así debido a las clases y que me la pasaba la mayor parte del tiempo haciendo tarea.

Sali de la habitación dirigiéndome a la cocina.

Tenia ese sentimiento de que olvidaba algo, pero no sabia que era.

Al estar en la cocina me quede con la mirada perdida, ¿Qué venia hacer?

—Estaba feliz por mi libro... ¿Luego que?

Respire hondo volviendo a la habitación, mi corazón dio un respingo cuando vi a Gaby, con la cosa negra en el rostro, nuevamente.

—Harás que me de un paro cardiaco, si continuas asustándome—musite.

Gaby me miro de arriba a bajo.

—¿¡Que es eso!?—grito señalando mi ropa.

—Mi pijama.

No estaba mal, tenia un suéter con la cara de Damon Salvatore, aunque lucia algo chueco.

—¿Iras con eso?—dijo horrorizada.—Espantaras a todos los chicos...

—¿Ir a donde?—la mire confundida.

—A la fiesta, Camí.

Abrí mi boca con sorpresa, con que eso era lo que había olvidado.

Solté una risa.

—No, claro que no, estaba por bañarme...—mentí.

Ella se vio aliviada, soltando todo el aire que contuvo.

—Bueno, date prisa, que a las diez vienen por nosotras.

De inmediato fui al baño, me quite la ropa adentrándome a la ducha, y las palabras de Keren vinieron a mi cabeza.

Depílate...

Con su voz en mi conciencia, salí del baño en busca de una rasuradora, acabando con todos los vellos de mi cuerpo, quedando tan suave como la nalga de un bebe.

Al terminar de ducharme, seque mi cabello, planchándolo y haciendo unas pequeñas ondas.

Entre a mi habitación en busca del vestido rojo, era precioso.

No dude en colocármelo.

Tenia tirantes delgados, en el pacho quedaba un escote, dejando a la vista el comienzo de la forma de mis senos, el vestido se adhería correctamente a mi cuerpo, dándome curvas magnificas, observe con una sonrisa la abertura que traía en mi pierna izquierda, en la parte de la espalda, contaba con unos pequeños hilos gruesos, que iban cruzados, hasta llegar a la parte baja de mi espalda.

—¿Tacones o tenis?—me pregunte.

Y otra vez la voz de mi hermana me ataco, a si que tome los tacones negros.

Finalice con el maquillaje, labios rojos, un poco de rímel, rubor y corrector.

Perfecto.

—Bien, luciendo así, debo ligar con un chico aunque sea...

Polos OpuestosWhere stories live. Discover now