Guardaespaldas

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—Lo harás bien —le dije, con una mirada de orgullo y una gran sonrisa, le di un abrazo por una última vez antes de que subiera al escenario. Cuando de pronto me sorprendió diciendo.

—Quiero que estés conmigo y me veas de cerca. Después de todo eres mi guardaespaldas —Me tomó del brazo y me guió hasta la tarima, yo me quedé a un lado mientras ella hizo su gran entrada.

Las luces reflejaban su hermosa figura, su cabello bailaba a son del viento, el lugar gritaba su nombre y de pronto ella tomó el micrófono que le había dado producción y se dirigió al público.

—A veces pasamos por grandes tormentas sin saber siquiera si sobreviviremos, caminamos descalzos por la nieve fría y pensamos que moriremos congelados a varios grados bajo cero. Pero dentro de nosotros siempre habrá una chispa que poco a poco va creciendo y nos va dando fuerza para calentarnos el cuerpo pero sobre todo el alma. A esta chispa yo le llamo la chispa de la fe, y es que sin ella no podríamos sobrevivir cuando llega una gran avalancha y quedas atrapado en la oscuridad. Yo, encontré esa chispa y me aferré a ella con tanta fuerza que hoy hizo posible que estuviera aquí parada frente a ustedes. Quiero que, después de este día, salgas al bosque en busca de leña, o algo que haga que la llama crezca cada vez más, a veces se disfrazan de amigos, de familiares o de grandes amores que te acobijan mientras tu cuerpo tiembla y tu mirada pierde el brillo. Otras veces, mueven cielo y tierra hasta encontrarte y enfrentan grandes batallas para rescatarte. Yo pensaba que podía con todo sola, pero me he dado cuenta de que no es cierto. A veces no podemos solos y no está mal recibir ayuda. Es un regalo poder estar aquí con ustedes cumpliendo mi sueño y creciendo cada día un poco más.

El público le dio un gran aplauso a Margot e incluso pude ver como algunas personas soltaban algunas lágrimas. Yo no me resistí y también comencé a llorar, era una especie de llanto alegre que sabes que todo está bien, que lo peor ya pasó y que de ahora en adelante solo queda disfrutar de los pequeños momentos de la vida. De disfrutar la luz porque sabes que estuviste mucho tiempo en la oscuridad.

Pensé en mis hijos, en la bonita historia que tuve junto a mi ex-esposa, pensé que no todo estaba mal, al contrario, me dio a las mejores personas del mundo que me esperaban en casa y que yo quería estar con ellos apoyándolos con sus sueños. Agradecí cada instante hasta el momento. 

Britanny se acercó al lugar donde estaba y colocó su mano en mi hombro. Me vió y aunque no la pude escuchar, sus labios dijeron —gracias— sus ojos brillaban al ver a Margot cantando. La noche fue perfecta, pero Margot lo hizo mágico.

Yo estaba feliz de haberla conocido, de conocer su historia, sus sueños, lo que la impulsaba cada día, todos los baches que se había encontrado en el camino y cómo los superó, conocí una parte de ella que tal vez no la vaya a conocer más nadie y eso, para mí era lo mejor de ese instante.

Durante una tormenta en AlaskaWhere stories live. Discover now