Operación rescate

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Quedé sorprendido por lo que me estaba diciendo. Casi abusaban de ella y fue tan valiente que abandonó el lugar para salvar su dignidad.

—Vamos a demostrarle a ese poco hombre que a las mujeres se les respeta —le dije, decidido y con tono de molestia—, llévame a esa cabaña de donde escapaste —Me observó como si era la respuesta que estaba esperando desde hace rato.

—Había esperado este momento amigo mío —contestó —tú lo agarras y yo le doy muy fuerte por las pelotas. Además, dejé toda mi ropa Channel en mi maleta y mi pasaporte, una RockStar no es nada sin su pasaporte, debemos recuperarlo —Se levantó rápidamente de la nieve y se sacudió, comenzó a ver todo alrededor como si se le hubiera perdido algo.

Me dirigí a la cabaña sin pensarlo dos veces, tomé un rifle que había alquilado para cazar venados.

—¿No vas a usar eso en verdad, o si? —dijo un poco nerviosa, mientras me veía cargar la escopeta con municiones.

—No, solo le daremos un gran susto —La observé con una medio sonrisa que me devolvió al instante.

—Pues bien. Manos a la obra.

Caminamos por un sendero que nos llevó a pasar por varias cabañas del lugar, algunas vacías y en otras habían personas habitándolas, personas que tal vez estaban pasando alguna temporada de vacaciones o simplemente unos días de desconexión.

Estuvimos varios minutos caminando entre la nieve, ella iba muy decidida a recuperar lo que había perdido y también para darle una lección al productor que se quiso aprovechar de ella, y yo solo quería apoyarla, sentía que debía ayudarla en esta misión y que, tal vez necesitaba a alguien que la protegiera al menos una sola vez en su vida. Por lo que me había dicho antes, creo que no tuvo una infancia fácil y tal vez no tuvo a nadie con quien pudiera contar, yo quería ser esa persona.

Me señaló cuál era la cabaña, las luces estaban encendidas y la puerta estaba entreabierta, imaginamos que él se encontraba dentro, y que al ingresar a la cabaña se moriría de miedo al vernos.

Intenté ver por la ventana, pero no logré ver nada, de la chimenea no salía humo, y frente a la puerta había nieve acumulada, como indicando que nadie había salido en todo el día.

Ella llevaba el mando, era muy independiente, fuerte y decidida, tenía un tronco que sostenía con las dos manos. Me hablaba con la mirada y podría jurar que entendía cada cosa que intentaba decirme con cada gesto.

Hicimos silencio frente a la puerta, y con una seña me dijo que la derribara de una patada, lo cual hice, derribé la puerta de una patada y apunté con el rifle cada rincón de la cabaña. Ella entró justo en ese mismo momento, con su arma en la mano, buscando con la mirada el rastro de la persona que le había intentado hacer daño.

Estuvimos unos segundo observando el lugar con mucha adrenalina en el cuerpo, estábamos agitados y con ganas de cobrar justicia.

Durante una tormenta en AlaskaWhere stories live. Discover now